Investigadores de UC Berkeley instan a los niños a beber agua
“El agua es simplemente la mejor bebida para los niños”, dijo Patricia Crawford, especialista en nutrición y co-directora del Centro Dr. Robert C. y Veronica Atkins para el Estudio del Peso y la Salud en UC Berkeley. Crawford y la investigadora del centro y pediatra de UC San Francisco, Kristine Madsen, redactaron una guía para responder a las preguntas más comunes de los padres sobre las bebidas deportivas.
Aún cuando las nuevas leyes de California han entrado en vigor restringiendo las opciones sobre bebidas con alto contenido de azúcar que las escuelas pueden vender a los niños, todavía estarán diponibles selecciones poco nutritivas. Los padres, maestros y entrenadores de deportes deben enseñar a los niños a tomar decisiones saludables a la hora de saciar la sed, dijo Crawford.
Los refrescos gaseosos o sodas ya no están disponibles para los estudiantes de escuelas primarias e intermedias. Sin embargo, los estudiantes de preparatoria podrán seguir comprando este tipo de bebidas en sus escuelas durante los próximos dos años. Pero a partir de 2009, todas la bebidas que se vendan en las máquinas dispensadoras, tiendas de estudiantes, puestos de golosinas y cafeterías de las ecuelas de California, serán: agua sin endulzantes, jugos de frutas y verduras, leche y bebidas deportivas.
Las nuevas restricciones aún incluyen opciones menos nutritivas
Estas nuevas restricciones facilitan a los estudiantes la elección de bebidas más nutritivas, pero existen algunos escollos.
“Casi todos los jugos de frutas contienen azúcar que los niños no necesitan”, indicó Crawford. “La bebidas deportivas tienen menos calorías que las gaseosas, pero estas se multiplican. Un estudiante que bebe 20 onzas extras de una bebida deportiva diariamente durante un año consume suficientes calorías como para aumentar 13 libras de peso en el curso de un año”.
Sin embargo, las bebidas deportivas son muy populares entre los niños. Vienen en una gran variedad de sabores y colores. Las compañías que fabrican estas bebidas se han valido de populares atletas para promover sus productos. Por ejemplo, en un comercial, la estrella del baloncesto, LeBron James, enfatiza, con gran seguridad: “POWERade mantiene a los profesionales en el juego”. A su vez, el conductor de NASCAR Jimmie Johnson aparece en un comercial de Gatorade en el que dice: “Jimmie llena el tanque con Frost Glacier Freeze”.
“Estas bebidas fueron diseñadas para gente que se ejercita continuamente y por largos periodos de tiempo”, mencionó Crawford. “Eso no sucede en los planteles escolares”.
No obstante, los productores de bebidas están dirigiendo sus campañas de mercadeo hacia los estudiantes con la intención de conectar el desempeño de los atletas y la energía, con el consumo de bebidas que reemplazan los electrolitos para saciar la sed diaria.
Estudio revela la preferencia que tienen los estudiantes por las bebidas deportivas
Hace cuatro años, Crawford y su equipo de colaboradores, recibieron una subvención por parte de la organización National Institutes of Health para estudiar el efecto que tendría el retirar las bebidas con alto contenido de azúcas de las preparatorias. Dos escuelas se dieron como voluntarias para retirar estas bebidas, inclusive las gaseosas, durante una investigación de dos años.
“Esperábamos que los estudiantes reemplazaran sus bebidas altamente azucaradas por jugos de fruta, leche y agua, pero descubrimos que las bebidas deportivas eran sus favoritas”, dijo Crawford. “Al final del estudio de dos años, cuando medimos los cambios en el peso de los estudiantes, no encontramos diferencias significativas entre las escuelas que continuaban vendiendo gaseosas y las que no. Las diferencias sobre las selección de bebidas escolares no produjo un cambio dramático en el consumo de azúcar como se anticipaba”.
Las nuevas leyes de California sobre bebidas nutritivas permiten la venta en las escuelas de bebidas que “reemplazan los electrolitos", las cuales contienen no más de 42 gramos de endulzante agregado por cada porción de 20 onzas”. Crawford y Madsen temen que esta provisión de la ley pueda compromenter las potenciales mejoras nutritivas de la nueva ley. En respuesta a ello, Madsen estudió minuciosamente información científica para hacer una sintésis de la información más reciente y especializada sobre las bebidas deportivas. Toda la investigación apunta hacia la misma conclusión: Los niños no necesitan de ellas.
“Los estudios muestran que aún cuando los niños se ejerciten vigorosamente –como correr sin parar durante un ahora – el agua es igual de buena para reemplazar los fluidos que necesitan los menores, al mismo tiempo que mantienen el nivel adecuado de electrolitos”, señaló Crawford.
El Centro para el Estudio del Peso y la Salud preparó una guía de cuatro páginas, escrita en un lenguaje sencillo, para padres, maestros, administradores y entrenadores escolares, que resume la información científica en un formato de pregunta y respuesta. Por ejemplo, muchos padres se pueden identificar con la pregunta, “A mis hijos no les gusta el agua y les disgusta beberla de las fuentes de agua potable en la escuela. ¿Qué puedo hacer para que beban agua?”
“Si los estudiantes están sedientos y tienen agua a la mano, la beberán”, explica la guía. “Tenemos órganos especiales en nuestro cuerpo que detectan cuando el nivel de fluidos está bajo y estimulan los centros de sed en el cerebro para hacernos beber. Los niños beberán suficiente agua durante casi todas las actividades para satisfacer las necesidades de su cuerpo”.
Aun la pregunta sobre si se deben ofrecer bebidas deportivas “de vez en cuando” recibe un “no” con bases científicas.
“Las bebidas deportivas no son buenas ni siquiera una vez o dos a la semana durante la práctica de deportes; se recomienda que los niños no beban habitualmente bebidas deportivas ni otras bebidas endulzadas”, dice en parte la respuesta.
La única vez que la guía sugiere el consumo de bebidas deportivas como parte de la alimentación de un niño, es cuando participan en deportes cuya actividad es intensa y dura más de una hora.
“Pero durante la jornada escolar y al practicar la mayoría de deportes, el agua es la mejor bebida para los niños”, concluye la guía.