Estudio concluye que el clima impacta en todo el estado de California y genera preocupación sobre el suministro de agua
Mientras los administradores de los sistemas de agua de todo el estado de California idean estrategias para asegurar su abastecimiento, con frecuencia se enfrentan a grandes obstáculos al tratar de implementar dichas medidas, como la falta de interés o voluntad para actuar por parte de las comunidades.
“Una de las cosas que hemos descubierto es que aun cuando los administradores de los sistemas de agua y los responsables de tomar decisiones estén realmente preocupados por el cambio climático y la escasez del agua, muchas de las estrategias con las que cuentan en realidad requieren del apoyo de los residentes”, senaló Kristin Dobbin, especialista de Extensión Cooperativa que se enfoca en la planificación y política para la justicia en el agua.
Debido a que es esencial contar con el apoyo popular para realizar muchas adaptaciones relacionadas con el agua – desde cambiar la estructura de tarifas a la aprobación de bonos para una nueva infraestructura – Dobbin y sus colegas recientemente publicaron un reporte en el que profundizan en las experiencias y preocupaciones de los residentes en torno al cambio climático y el abastecimiento de agua en sus hogares.
A través de una parte enfocada en el agua potable, de la encuesta administrada por la Universidad del Estado de California, Sacramento y becarios de la red de investigación Household Water Insecurity Experiences tuvieron la oportunidad de consultar a los californianos sobre cómo se ha visto reflejada la crisis climática en sus grifos. Los investigadores, buscaban, especialmente, analizar las percepciones de los participantes sobre los futuros riesgos climáticos en la seguridad del agua.
“Siendo un grupo que estudia el acceso al agua potable en California, con frecuencia observamos a nivel del sistema y de la comunidad”, manifestó Dobbin, quien tiene su base en el Departamento de Ciencias Políticas y Administración del Medio Ambiente de UC Berkeley. “Así que, fue muy emocionante sumergirnos a nivel del hogar y entender qué es lo que pasa a un nivel más individual”.
El impacto del clima se ve ‘por todo el estado'
La encuesta estatal, conducida durante la primavera del 2021, produjo 704 respuestas por parte de los panelistas, representando cada región censal en el estado y casi cada condado. Más de una tercera parte (34 por ciento) de los participantes dijo que su suministro de agua se ha visto afectado debido a algún evento climático extremo en los últimos cinco años. Debido al momento en que se realizó la encuesta, como era de esperarse, la sequía fue un impacto más frecuentemente mencionado. Pero más importante, es que este impacto climático fue algo que se sintió en todo el estado de California.
“Existe una inclinación a asumir que la sequía y otros impactos son un asunto geográficamente delimitado, pero lo que realmente vemos es que ese no es el caso”, indicó Dobbin. “Estos impactos suceden en todo el estado, hasta la frontera con Oregón”.
En general, un 85 por ciento de los participantes reportaron estar preocupados sobre la confiabilidad a largo plazo de su suministro de agua. Fundamentalmente, el estudio también indicó que los residentes estaban hacienda la conexión entre el impacto climático y los riesgos a la futura seguridad del agua.
“Entre más impactos reportaron, más preocupados se sentían sobre el abastecimiento y confiabilidad en el futuro”, expresó la coautora del estudio Amanda Fencl, científica principal climatóloga de Union of Concerned Scientists.
Las sequias y olas de calor, en particular, parecen, en su mayoría incrementar las preocupaciones de los residentes, sobre el abastecimiento de agua. Dobbin sugirió que si se enmarcara la necesidad de estrategias de adaptación a la seguridad del agua en torno a esos fenómenos meteorológicos podría ser especialmente útil para obtener el apoyo de la comunidad.
Conocer el nivel de preocupación en la comunidad – y entender la mejor forma de transmitir la urgencia de medidas de adaptación climáticas – podría ser una ventaja para los administradores locales que buscan ganarse el apoyo del público para proyectos hídricos más costosos. Tales proyectos podrían incluir medidas auto suficientes para reducir la dependencia en el agua importada de otras partes del estado.
“Eso pudiera alentar a algunos administrados del agua a confiar más en el cambio climático y eventos extremos como formas de motivar a los contribuyentes a que se sumen a estas decisiones de inversión más grandes”, dijo Fencl.
El estudio resalta la necesidad de una mayor investigación
Aunque las inundaciones casi no fueron reportadas como un impacto climático en los resultados de la encuesta del 2021, Dobbin manifestó que es muy posible que las respuestas serían muy diferentes hoy en día, después de que los ríos atmosféricos inundaron el estado durante el invierno pasado. Las crecidas pueden dañar las plantas de tratamiento de agua – y las tormentas interrumpir el servicio eléctrico en los pozos privados y el tratamiento de agua en sistemas más grandes, así como las instalaciones de distribución.
De hecho, en la encuesta del 2021, los apagones debido a las políticas de prevención de incendios forestales de las compañías de servicios fueron uno de los impactos climáticos más frecuentemente mencionados en la categoría “otro”, destacando para los investigadores la necesidad de considerar y planear para la interconectividad del agua y los sistemas de electricidad.
“A la gente se le olvida la interacción entre una red eléctrica confiable y la habilidad de llevar el agua a su casa y la habilidad de los sistemas hídricos para bombear y tratar el agua”, explicó Fencl. “Cuando pensamos en la respuesta a un desastre y la preparación contra un desastre, necesitamos ser un poco más holísticos”.
Los investigadores también apuntaron a las diferencias significativas en las experiencias en torno a los impactos climáticos entre los diferentes géneros y demografías raciales, en las que los participantes latinos, asiáticos americanos, isleños del Pacífico y de la comunidad LGBTQ+ reportaron mayores tasas de impactos. Dada la relativamente pequeña muestra, Fencl indicó que se necesitan encuestas más grandes – y más inclusivas – para poder obtener una imagen más clara de esos impactos desproporcionados.
Aun así, Dobbin agregó que su estudio sirve como recordatorio para los académicos, administradores del agua y legisladores para que vuelvan a poner en el centro a los miembros de la comunidad, con toda su diversidad, como participantes claves en el esfuerzo por impulsar estrategias de adaptación al clima más eficaces y sustentables.
“Una de las conclusiones del reporte es que no podemos olvidar el papel del público en esta conversación – y no podemos ignorar al público”, agregó Dobbin. “La cuestión es que la mayoría de las adaptaciones que tenemos disponibles requieren de cierto nivel de participación residencial”.
Además de Dobbin y Fencl, los autores del estudio, publicado en el diario Climatic Change, incluyen a Gregory Pierce, del Centro Luskin de UCLA para la Innovación; Melissa Beresford, de la Universidad Estatal en San José; Silvia González, del Latino Policy and Politics Institute (Instituto de Política Latina y Políticas de UCLA) y Wendy Jepson, de la Universidad Texas A&M.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Ricardo Vela