SAN
JOAQUIN-(UC)— Los adolescentes se enfrentan a un riesgo mayor de
desarrollar osteoporosis al paso de la vida que el que encaraban sus padres a la
misma edad a causa de la marcada reducción en su consumo de leche junto con la
ausencia en su alimentación de otros productos ricos en calcio. Aumentar el
consumo de fuentes de calcio es sencillo, aun para quienes sufren de alergias a
los productos lácteos.
“Los
adolescentes actualmente consumen el doble de soda o refrescos que lo que
consumen de leche”, precisa Anna
Martin, consejera en nutrición y ciencias de la familia y del consumidor con
Extensión Cooperativa de la Universidad de California. “Esta marcada reducción
en su consumo de leche no ha sido repuesta por un aumento en consumo de otros
productos lácteos ricos en calcio”, observa.
Durante
la juventud se forma casi la mitad del esqueleto adulto y se crece
aproximadamente 15 por ciento de la estatura total del adulto, lo que hace que
estos años sean fundamentales para lograr la máxima masa ósea y potencial de
estatura.
Los
productos lácteos son los más ricos en calcio, pero aun los jóvenes con
intolerancia leve a la lactosa, el azúcar propia de los lácteos, pueden
disfrutar de ellos en cantidades pequeñas. Quienes tengan una intolerancia más
severa o alergias a los productos derivados de la leche pueden suplir sus
necesidades de calcio si comen frijoles, pescado con huesos comestibles como las
sardinas, tofu (si ha sido procesado con sulfato de calcio), jugo de
naranja y cereales enriquecidos con calcio y verduras de color verde oscuro
tales como brócoli, berza, acelgas y hojas de nabo.
“Los años de la adolescencia representan una oportunidad única en la vida para consumir suficiente calcio para ayudar a prevenir fracturas de los huesos y osteoporosis en años futuros,” apunta Martin.