Las vacaciones de verano pueden impactar la salud y bienestar de los niños

Jul 7, 2011

Los niños tienden a comer más golosinas,
mirar más televisión y hacer menos ejercicio.

MODESTO - (UC) – Las vacaciones de verano, esa temporada que a los padres se les hace muy larga, y a los niños muy corta, brindan un descanso merecido y la oportunidad de disfrutar de días de ocio. Pero se corre también el riesgo de que aumenten de peso y retrocedan en el hábito de la lectura.

“Investigaciones revelan que los niños aumentan de peso dos o tres veces más rápidamente en las vacaciones que durante el año escolar,” señala Dennis Carrasquilla, educador de nutrición de Extensión Cooperativa de la Universidad de California. “Es normal que el niño aumente de peso pero no tan rápido, y eso ocurre cuando en casa no hay un horario de actividades, ni control alimenticio como durante el año escolar. En vacaciones, generalmente ven más televisión, comen más golosinas y no practican actividad física”. 

Las estadísticas indican que millones de niños se pasan el verano sin consumir alimentos saludables; esto ocurre cuando uno de cada tres menores en el país ya tiene problemas de sobrepeso u obesidad.

Para evitar que el verano afecte de manera negativa a los niños, el educador sugiere que los padres tengan un programa de actividades bien estructurado para las vacaciones, que incluya: un horario fijo para las comidas y botanas saludables, ejercicio y actividades educativas. 

“Lamentablemente, con ambos padres trabajando, muchas personas optan porque la televisión se encargue de cuidar a los niños; pero cada instante en la vida de un niño es un momento muy valioso donde puede haber aprendizaje, crecimiento personal, unidad familiar y tiempo compartido con los padres que más tarde se convertirá en los recuerdos formativos que lo ayudarán en su vida adulta”, enfatiza Carrasquilla.

Durante el año escolar se establecen rutinas saludables de estudio, alimentación y recreación las cuales se pueden perder en las vacaciones, comenzando con los horarios para dormir y levantarse temprano. Y cuando eso ocurre también se alteran las demás actividades, como son las horas de las comidas y las jornadas de ejercicio, entretenimiento, lectura y, consecuentemente, eso tiene repercusiones negativas para el futuro de esos niños.

Carrasquilla habla de la importancia que tienen las rutinas para el crecimiento emocional. “Al establecer rutinas se les crea a los niños una sensación de seguridad; los niños pueden contar con que a cierta hora va a haber algo que comer, que sus padres están de acuerdo en las cosas, que no hay desacuerdos en cuanto a lo que van a comer o hacer. Todo esto genera seguridad y contribuye a la formación y autoestima pues el niño sabe que tiene un hogar seguro, que es aceptado, amado y esto es clave en el desarrollo síquico del menor. Ese niño no va a tener complejos de abandono, inseguridad o incertidumbre”, señala Carrasquilla.

Aclara que las rutinas deben ser consistentes; sin embargo, también hay oportunidades para ser flexibles. “Obvio que si el hijo quiere una hora más de televisión o para jugar un poco más no es tan malo permitirlo, pero que no se salgan mucho de la rutina”, dice el educador.

Carrasquilla ofrece estas sugerencias:

Mantenga un horario fijo para las comidas y meriendas y compre sólo alimentos nutritivos - “Los tres ingredientes que hay que reducir en general en las comidas son la grasa, azúcar y sal. Evite a toda costa dar a los niños golosinas, chicharrones o papas fritas. En cambio, ofrézcales frutas, jugos, verduras, cereal bajo en azúcar, y si los niños quieren una botana, prepáreles palomitas de maíz porque son más saludables y contienen menos grasa; también puede darles yogur, combinación de nueces sin sal, granola, barritas de queso, semillas de girasol, fruta seca”, indica Carrasquilla.

Limite el tiempo de televisión y videojuegos - Se ha comprobado que cuando las personas se sientan a comer frente al televisor comen más. “Hay familias que hasta tienen mesitas portátiles para poder comer en la sala, frente al televisor; eso no contribuye a la salud, a la actividad física ni a la unidad familiar porque se come más y se comparte menos”, enfatiza Carrasquilla.

Incluya en el horario de vacaciones una hora de ejercicio - Los niños de dos años y más necesitan por lo menos una hora de actividad física vigorosa al día. Los adultos requieren treinta minutos. “Cuando el padre se involucra en el ejercicio va ser más fácil que el niño lo practique”, dice Carrasquilla y cita un ejemplo. “Le digo a mi hijo que cuando yo llegue a  casa ni siquiera me permita entrar a casa, que me espere con la pelota de básquetbol afuera para que juguemos por lo menos 15 minutos. Es una rutina saludable y así no me libro del ejercicio y mi hijo y yo lo compartimos. Hay otras actividades que los padres pueden realizar con sus hijos y que no cuestan dinero, como brincar la cuerda, jugar con la pelota, pasear a la mascota”, precisa Carrasquilla.

Establezca horarios para actividades educativas - El periodo de descanso de las vacaciones no debería detener el crecimiento personal. Ahora más que nunca hay muchos   recursos gratuitos, tanto en bibliotecas, programas comunitarios y por Internet, donde los niños pueden pasar ratos amenos practicando la lectura, matemáticas y juegos de agilidad mental

Involucre a sus hijos en la selección de los alimentos - Vaya al mercado con ellos y déles la opción de escoger los alimentos nutritivos que se les antojen.

Ofrezca solo agua a los niños - Para darle más sabor, puede añadirle una rebanada de fruta, limón o naranja a un vaso de agua. Evite darle a los niños sodas o  bebidas azucaradas.

Tenga frutas y verduras listas para comer en el refrigerador – Así cuando los niños sientan hambre, podrán servirse ellos mismos algo refrescante y nutritivo. 

Carrasquilla dice que las normas de conducta se deben enseñar desde muy temprana edad pues es más  fácil adquirirlas y conservarlas. 

“Si quiere enseñar a su hijo de 18 años a  ver menos televisión, a esa edad le será más difícil “, indica y  agrega que lo mismo ocurre con la alimentación por lo que se recomienda enseñar a los niños a comer alimentos saludables y a mantener rutinas balanceadas desde muy chicos para que puedan crecer sanos y alcanzar sus metas satisfactoriamente.


By Norma De la Vega
Author - Broadcast Communications Specialist III