BAKERSFIELD – (UC) -- Una organización pro derechos del consumidor reportó recientemente que los latinos y los afroamericanos usualmente pagan el doble, o más, por préstamos hipotecarios en su intento de hacer realidad el llamado sueño americano: tener casa propia.
Pero tal inequidad no se debe necesariamente a la discriminación racial, sino a que estos consumidores ignoran cómo operan las compañías financieras, según una especialista en asuntos del consumidor de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
“Algunas poblaciones, como la población hispana, no tienen los conocimientos necesarios; y por lo tanto, se aprovechan de ellas”, aclara Margaret Johns, asesora en finanzas familiares. Más específicamente, Johns indica que la mayoría de los inmigrantes latinos se mantienen al margen de las muchas ventajas que reditúa el mantener un buen historial crediticio.
El sondeo realizado por la coalición California Reinvestment reveló que la tasa de interés que varias compañías de préstamos hipotecarios y bancos importantes cobran a latinos y afroamericanos suele ser dos veces y media más alta, 8.5 por ciento como promedio, que la que ofrecen a otros clientes.
“Eso es muchísimo dinero en el curso de un préstamo a 30 años. Y resulta en un pago mensual más alto”, señala Johns.
“Lo que pasa es que si uno no tiene un buen historial crediticio, puede pagar hasta tres puntos de porcentaje más alto”, explicó ella. “Pero si uno tiene un muy buen historial, puede obtener una hipoteca con 5.5 por ciento de interés”.
Johns ofrece algunas razones por las que la mayoría de inmigrantes latinos carecen de ese buen historial crediticio en el que las compañías de préstamos basan sus tarifas.
Los consumidores latinos prefieren pagar en efectivo o de contado. Y si compran a crédito, lo hacen en comercios pequeños en sus comunidades que usualmente no reportan esas transacciones a las compañías de recolección de datos que usan los bancos, hipotecarias y compañías de tarjetas de crédito.
Además, relativamente pocos inmigrantes latinos tienen cuentas bancarias de ahorro o cheques y tarjetas de crédito, las fuentes básicas de información en que las compañías de crédito se basan para evaluar la reputación de sus clientes.
Por eso Johns recalca la importancia de iniciar ese tipo de historial crediticio; y de aprovechar la información que bancos e instituciones de ahorro ofrecen gratuitamente para lograrlo.
“A medida que uno establece su crédito al usar una cuenta de cheques, de ahorro y tarjeta de crédito, eleva su puntuación crediticia”, aclara la asesora en economía familiar. “Entre más alta sea su puntuación, más bajas serán la tasas de interés que pagará al obtener un préstamo hipotecario al comprar casa, otras tarjetas de crédito, al comprar un automóvil y cosas por el estilo”.
Al mismo tiempo, Johns advierte que lo contrario puede ocurrir al usar indebidamente los servicios bancarios y tarjetas de crédito.
Por eso ella recalca la importancia de no extralimitarse al hacer compras con cheques y tarjetas de crédito, y de pagar el adeudo lo más pronto posible. Con ello, además de mejorar su puntuación crediticia, se evita tener que pagar más en intereses.
Las oficinas de Extensión Cooperativa en cada condado de California ofrecen folletos y otras publicaciones relacionadas con finanzas familiares. Mucha de esta valiosa información se ofrece también en inglés y español mediante el programa Money Talks - Should I be Listening/Agarra la onda,¡cuida tu dinero! que incluye el currículo elaborado por Johns y otras especialistas de la UC para ayudar a los adolescentes a controlar sus gastos y aprovechar mejor el dinero.
El programa Money Talks - Should I be Listening /Agarra la onda, ¡cuida tu dinero! se imparte en escuelas preparatorias y también está disponible en la Internet, http://www.moneytalks.ucr.edu/.