YREKA -- (UC) -- Una original
idea que genera miles de dólares anualmente para fines caritativos surgió cuando
una especialista con Extensión Cooperativa de la Universidad de California
combinó la inspiración con la creatividad de su comunidad.
Es una
situación que la especialista cree podría sacar a la gente de la pobreza,
reducir lo que se envía a vertederos, convertir el reciclaje en algo lucrativo,
ofrecer un propósito a voluntarios, aumentar el orgullo comunitario y recaudar
fondos y aumentar la concientización respecto a objetivos
loables.
A pesar de que
la lista de posibles beneficios pueda parecer poco realista, Yvonne Steinbring,
especialista en nutrición y ciencias de la familia y del consumidor en el
condado de Siskiyou, ha logrado la mayoría. Durante los dos últimos años,
mercancía que no podía venderse ni en tiendas de segunda mano ha sido
transformada en artículos de regalo que se venden a precios de “boutique” en una
linda tienda en la histórica calle principal de
Yreka.
La inspiración
brotó cuando una voluntaria en la tienda de segunda Madrone Hospice Thrift
Store observó que artículos usados en excelente estado que no cabían en la
tienda eran sacados por la puerta trasera para llevarlos al vertedero municipal.
La voluntaria llamó a Steinbring.
“Las tiendas
de segunda en ciudades grandes tienen otras opciones”, precisa Steinbring. “El
excedente puede ser empacado y exportado para ser usado como ropa o artículos
textiles reciclados, tales como materiales para empacado, piezas de tela para
limpieza o material aislante. Sin embargo, en comunidades más pequeñas como la
nuestra, el excedente se desecha”.
Fue así como
la idea empezó a germinar. Al ver faldas de lana a cuadros, Steinbring y un
grupo de voluntarias se imaginaron bellos tapetes tejidos. Al ver pantalones de
mezclilla pasados de moda, se imaginaron hermosas cubrecamas acolchadas. Al ver
corbatas de seda de patrones estrafalarios, se imaginaron originales cojines
decorativos. Con el paso de los días, el grupo empezó a conocerse como
“Artesanas de corazón del hospicio” (Hospice Heartisans) y su visión se
convirtió en realidad.
La
especialidad de Steinbring es el tejido en telar. “Siempre me han fascinado los
telares”, dice. Sus tapetes tienen su inicio como artículos de lana de segunda.
El grupo de voluntarias desbarata cuidadosamente los sacos, pantalones y faldas,
y los encoge lavándolos en agua caliente. Cada pieza se corta en tiras angostas
que luego se unen con hilo y se enrollan en bolas. Se les agrupa por colores y
texturas, que al combinarlas, resultarán en un producto muy colorido y
atractivo. Steinbring teje los tapetes en un telar grande que compró en 1970.
Los tapetes se venden muy bien a $1 la pulgada.
Jo Ellen
Raymaker, una de las voluntarias, usa corbatas viejas de seda y según el
estampado y colorido, las cose para convertirlas en fundas para almohadas. Las
almohadas de seda dan un toque cautivante a cualquier sala de
estar.
Las
voluntarias también tejen a mano cuidadosamente tiras de franela de camisas y
sábanas en un telar pequeño para elaborar cómodos tapetes para gatos. Los
tapetes de lana reciclada hechos en un telar más grande son los productos más
caros y exquisitos en la tienda. La combinación artística de colores y texturas
ha sido reconocida con más de un primer premio para Bonnie Shuttpelz en la Feria
del condado de Siskiyou. Al concluir la feria, las artesanas venden sus
creaciones por $95 cada una.
Las artesanas
tuvieron su inicio en un espacio reducido en la parte trasera de la tienda de
segunda mano. En el 2001, inaguraron su propio local, “Hospice Heartisans
Studio and Boutique”, que se encuentra en el 209 W. Miner Street. El
personal voluntario atiende al público de 10 a.m. a 4 p.m., de miércoles a
sábado y la tienda es concurrida por gente de la localidad, turistas y viajeros
que aprovechan la cercanía de la autopista estatal
5.
Las artesanas
están convencidas de que su éxito se debe al control de calidad. No venden
cualquier artículo hecho a mano sino únicamente las piezas más creativas y de
buena clase. Un comité examina cuidadosamente sugerencias de mercancía y
donativos y acepta las que atraen por lo artístico de su diseño. Lo ingenioso de
este método de negocios ha sido demostrado en Yreka con ventas de $14,000 en el
2003. Ahora Steinbring ha empezado a compartir esta idea con organizaciones
fuera del condado de Siskiyou.
Steinbring
está disfrutando de un año sabático de su puesto con Extensión Cooperativa de la
UC para estudiar el flujo de textiles descartados por tiendas de segunda y
escribir un programa de estudios de 10 lecciones para enseñar a grupos de
voluntarios o pequeños comerciantes cómo obtener ganancias de artículos
desechados. En los próximos meses se pondrán a prueba las lecciones en varios
lugares, incluso en Texas y en México. Se ofrecerán también mini cursillos a
miembros del 4-H y a administradores de tiendas de segunda mano en los condados
de Kern y Orange. Steinbring busca otras oportunidades para poner a prueba el
programa de lecciones y mejorarlo.
Entretanto,
Yreka continúa gozando de los beneficios del programa de las Artesanas de
Corazón, que también ha aportado un arraigado sentir
comunitario.
“Hemos
entablado amistades, algo muy valioso que no debe menospreciarse”, precisa Mary
Ellen Bryan, voluntaria de las artesanas y miembro de la mesa directiva del
hospicio Madrone. “La boutique Heartisans nos ha permitido conocer mejor
a nuestra comunidad”.