El rápido crecimiento de la industria de canabbis o marihuana, puede tener repercusiones medioambientales de gran alcance, entre ellas la pérdida de hábitats, contaminación del agua y cambios demográficos entre los trabajadores.
Un estudio reciente publicado en el Landscape and Urban Planning ofrece una perspectiva interdisciplinaria sobre los factores que impulsan la producción de cannabis en las áreas rurales.
Encabezado por los investigadores del Departamento de Ciencia, Política y Administración del Medio Ambiente de UC Berkeley (ESPM, por su siglas en inglés) y el Centro para la Investigación del Cannabis, el artículo titulado “Where money grows on trees: a socio-ecological assessment of land use change in an agricultural frontier” (Donde el dinero crece en los árboles: una evaluación socio-ecológica del cambio en el uso de la tierra en una frontera agrícola), se enfoca en los sistemas socio-ecológicos con el fin de evaluar los factores que impulsan la producción de cannabis en el sur de Oregón.
"A diferencia de otros cultivos, tenemos un menor entendimiento de dónde y cómo se cultiva el cannabis, convirtiéndolo en una importante área de investigación", señaló Van Butsic, profesor de Extensión Cooperativa en ESPM y autor principal del estudio.
Los investigadores entrevistaron a 14 productores de cannabis para identificar los temas importantes con respecto a su relación con el uso de la tierra y usaron esos puntos para generar indicadores o predictores de modelos sobre el cambio en el uso de la tierra. La mayoría de los factores impulsores que resultaron de las entrevistas estaban asociados con la distribución y desarrollo del cannabis, incluyendo el tamaño de la parcela, la huella humana, la distancia a la granja de cannabis más cercana, la densidad de la producción local de cannabis, la superficie vegetal despejada, la zonificación agrícola y la distancia a los ríos. Las entrevistas también aportaron una perspectiva clara sobre la relación del cannabis con las dinámicas sociales y del medio ambiente.
“Obtuvimos muchas ideas con los datos de las entrevistas”, manifestó la autora principal y becaria de postdoctorado de ESPM, Phoebe Parker-Shames. “Por ejemplo, sabíamos por una investigación previa que el desarrollo del cannabis tiende a darse en grupos, ahora entendemos que esto tiene relación con la forma en la que los agricultores del cannabis dependen entre sí para compartir conocimientos, mano de obra y navegar por las incertidumbres durante los cambios de políticas”.
Uno de los temas principales que surgieron de la encuesta fue sobre los valores de los agricultores relacionados con la administración del medio ambiente. “Existe un potencial grande sin explotar en cuanto a la educación y el manejo de la difusión dirigidos a los agricultores que incursionaron en esta industria en parte por su habilidad de relacionarse con la tierra”, mencionó Parker-Shames. “Los granjeros con los que hablamos quieren aprender mejores prácticas en una industria sin tantas formalidades en la producción”.
Entre los co autores de Berkeley se incluyen el profesor de ESPM Justin Brashares y el exalumno Hekia Bodwitch (PhD '17 ESPM). Los resultados del estudio aportan importantes ideas de los factores que impulsan la producción de cannabis y los valores en torno a la administración del medio ambiente entre los productores de cannabis, los cuales pueden ofrecer información a las políticas y regulaciones del medio ambiente y mejores prácticas para una producción sustentable de cannabis.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Ricardo Vela