Trump y la política de inmigración de Estados Unidos

Mar 10, 2017

Trump y la política de inmigración de Estados Unidos - 1ª parte

Autor: Philip L. Martin , UC Davis
Fuente: UCANR Cal Ag

In English. 
Adaptado al español por Leticia Irigoyen

Como fue que un asunto crucial para la agricultura, el migratorio, se impuso en el debate, tras la inactividad del congreso durante todo una década.

El presidente Donald Trump realizó su campaña en torno a siete temas principales, de los cuales dos están relacionados con inmigración:  La contrucción de un muro, a lo largo de las dos mil millas de la frontera entre México y Estados Unidos, bajo el principio que México debe pagar el costo de la construcción. Y la deportación de once millones de indocumentados*, de los cuales la mitad son mexicanos. También prometió revertir las órdenes ejecutivas que autorizó el presidente Barack Obama que otorgaron estatus legal temporal a algunos indocumentados y establecer a cambio, el principio de “poner primero a los trabajadores estadounidenses” en el nuevo diseño de las políticas sobre inmigración.

Pero desde que ganó la elección, Trump ha modificado algunos de sus compromisos de campaña y ha enfocado los esfuerzos de deportación en los dos millones de indocumentados con historia criminal en los Estados Unidos.

El enfoque de Trump, durante su campaña, en el tema de la inmigración indocumentada, ha tenido varias repercusiones que podrían tener un efecto duradero. Es el caso de la polarización, en la opinión pública, sobre qué hacer con la inmigración en general y particularmente con los indocumentados.

De manera que la inmigración podría sumarse a la lista de los temas que dividen profundamente a los estadounidenses como son aborto y armas.

La inmigración indocumentada

Los indocumentados conforman una cuarta parte de los 44 millones de inmigrantes que viven en los Estados Unidos. El resto incluye a 19 millones de inmigrantes naturalizados, 12 millones con residencia legal y casi 2 millones de extranjeros con permiso de residencia temporal como estudiantes y trabajadores-huéspedes. (Brown and Stepler 2016).

A partir de 1990 hasta mediados de la década del 2000 el número de indocumentados se incrementó rápidamente y para el 2007 ascendió a 12 millones de indocumentados; sin embargo esa cifra fue disminuyendo durante la recesión del 2008–2009 (Passel and Cohn 2016a

Las investigaciones indican que alrededor de ocho millones de indocumentados están trabajando, (fig. 1) es decir el 5 por ciento del total de la fuerza laboral del país, constituída por 160 millones de trabajadores, entre ellos 20 millones de inmigrantes con permiso legal para trabajar. (Passel and Cohn 2016b).

En California los trabajadores indocumentados conformaban en 2014, el 9 por ciento de la fuerza laboral del estado.

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Fig. 1. Inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos y en la fuerza laboral del país durante 1990 y 2014. Fuente: Passel and Cohn 2016a and 2016b.

Implementar solo las leyes de inmigración versus reforma integral

Existen dos enfoques principales para lidiar con el tema de los inmigrantes indocumentados: La aplicación de la ley solamente y las reformas integrales. Estas últimas incluyen, por lo general, tres componentes que son: la aplicación de las leyes, el camino a la legalización y los programas para el suministro de trabajadores huéspedes.

El Congreso ha considerado múltiples propuestas de ambos tipos durante la década pasada, pero ninguna se ha convertido en ley.

En diciembre del 2005, la Cámara de Representantes aprobó una propuesta de ley HR 4437 que solo incluía la aplicación de la ley. Esta obligaba a todos los empleadores a verificar, mediante una base de datos gubernamental, el estatus legal de sus nuevos trabajadores, en un plazo no mayor a una semana de la contratación. Asimismo debían verificar el estatus de todos sus empleados dentro de los siguientes seis años de que la propuesta se convirtiera en ley.

Los trabajadores, de quienes se sospechara eran indocumentados, tendrían que contactar al gobierno para corregir sus récords o podrían ser despedidos. Esta ley  también incluía multas para aquellos que apoyaran o protegieran a extranjeros indocumentados, y ordenaba la construcción de 700 millas de muro a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos.

A pesar de la presión por parte de los granjeros y otros empleadores que contratan grandes cifras de trabajadores indocumentados,  esta ley no incluía un programa para el suministro de trabajadores huéspedes. La propuesta de ley provocó fuertes reacciones de México y protestas en muchas ciudades estadounidenses, incluyendo las protestas del 1 de mayo del 2006 bajo la consigna de “un día sin inmigrantes”. Al final, el Senado no aprobó la propuesta.

En mayo del 2006, el Senado presentó la propuesta de ley S 2611 para una reforma migratoria integral. Las disposiciones sobre la aplicación de las leyes en la  S 2611 eran similares a las de la HR 4427, con la adición de un sistema de apelación y reembolsos en los casos en que el gobierno cometiera un error en el proceso de verificación.

La propuesta contemplaba un enfoque escalonado hacia la legalización, dividiendo a los inmigrantes indocumentados en tres grupos en base a los años de residencia en los Estados Unidos. Los indocumentados que habían vivido en el país por lo menos cinco años –alrededor de siete millones de personas- podrían convertirse en “inmigrantes en probatoria” si cumplían con ciertas condiciones y eran elegibles a visas de inmigrante permanente después de seis años más de haber trabajado y pagado impuestos en EUA (Migration News 2006).

Los indocumentados que hubieran vivido en el país entre dos y cinco años -cerca de tres millones- podrían recibir un estatus legal temporal de trabajo de tres años, pero debían regresar a su paíse de origen después de tres años y re ingresar a los Estados Unidos legalmente — un requisito llamado en inglés touchback. Mientras que los indocumentados con menos de dos años de residencia serían obligados a abandonar el país.

La propuesta también incluía un nuevo programa de trabajadores huéspedes H-2C a gran escala. Los empleadores de cualquier industria podían “declarar” que necesitaban contratar inmigrantes y un extranjero viviendo fuera de los Estados Unidos que recibiera una oferta de trabajo por parte de estos empleadores podría haber pagado 500 dólares y obtener un permiso de trabajo de seis años. Los trabajadores huéspedes podrían haber cambiado de trabajo si recibían una oferta de cualquier otro empleador que hubiera completado el proceso de testificación.

El presidente George W. Bush apoyaba la S 2611, pero la Cámara de Representantes no la apoyó y la propuesta de ley sucumbió.

En el 2007 una propuesta de ley similar la S 1348 fue presentada al Senado, pero no fue aprobada, a pesar que incluía clausulas “trigger”, lo cual significaba que las redobladas medidas de vigilancia y aplicación de las leyes tendrían que ser consideradas como efectivas antes de que pudiera iniciar cualquier nuevo programa de trabajadores huéspedes o de legalización.

Notas del autor
* En este artículo “indocumentados” se refiere a personas que viven ahora en los Estados Unidos pero que nacieron en otro país y no son residentes o visitantes legales. “Inmigrantes” son personas que han sido legalmente admitidas que pueden o se han convertido en ciudadanos naturalizados.

Una iniciativa para mejorar sistemas alimentarios sustentables y competitivos es parte de la Visión Estratégica 2025 (Strategic Vision 2025de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC.


By Lisa Rawleigh
Author - Administrative Assistant III