Un estudio entre niños mexicoamericanos del Valle Central de California señala que la actividad física es vital para mantener su peso bajo control y, así, protegerlos de las enfermedades asociadas con el exceso de peso.
“Los niños que fueron más activos y con un nivel más vigoroso, tuvieron un peso más normal”, indicó la nutricionista Lucía Kaiser, de Extensión Cooperativa de la Universidad de California. Kaiser es coautora de “Assessing Child Obesity and Physical Activity in a Hard-to-Reach Population in California’s Central Valley” (Evaluación de la actividad física y la obesidad infantil entre poblaciones difíciles de alcanzar en el Valle Central de California), publicado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
ENGLISH SUMMARY: A study shows benefit in using accelerometers in assessing child obesity and physical activity among Mexican-American children, according to UC ANR Cooperative Extension nutritionist Lucia Kaiser. |
En el Valle Central de California, la obesidad infantil es una amenaza considerable para la salud. Se espera prevenirla con la implementación de la actividad física de manera efectiva. Por lo tanto, es importante identificar métodos fáciles y efectivos para evaluar sus niveles y patrones de actividad entre la población, según el estudio que sugiere usar acelerómetros en las estrategias de intervención que llevan a cabo escuelas y organismos comunitarios, particularmente entre grupos a los que resulta difícil llegar como lo son los niños de origen mexicano.
El estudio de actividad física es parte de Niños Sanos, Familia Sana, un proyecto multidisciplinario de la UC que incluye a más de 650 niños de 4 a siete años. La meta es mejorar la salud y bienestar de familias latinas de las comunidades de San Joaquín y Firebaugh, en el condado de Fresno. Educadoras de nutrición imparten clases enfocadas en reducir el consumo de grasas y azúcar y consumir más frutas y verduras. También enseñan a establecer rutinas para mantener una vida más saludable, sobre todo para los niños.
El estudio de actividad física se basó en la acelerometría, o medición de la energía usada en la actividad de una persona, que se usa en los campos de promoción e investigación de salud.
En el estudio se usaron acelerómetros Polar Active, que se portan en la muñeca y son similares a un reloj. El acelerómetro registra la intensidad de actividad física asociada con la locomoción, ya sea ligera, moderada o vigorosa y el total de la energía usada. También registra el tiempo de inactividad, por ejemplo, al estar sentado o dormir.
Entre abril del 2012 y enero del 2013, se tomaron mediciones ortopométricas entre niños participantes que incluyeron: peso, estatura, circunferencia de la cintura y grosor al pellizcar la piel. Estas medidas se usan para evaluar el estado nutricional de las poblaciones. En el estudio, se pesó a los niños usando básculas digitales y se midió su estatura siguiendo pautas desarrolladas para asegurar precisión y validez en las medidas recolectadas.
A partir de abril del 2012 y durante 4 meses, 185 niños portaron acelerómetros por 9 días consecutivos. El objetivo fue evaluar los patrones de actividad física y el índice de masa corporal (BMI, por sus siglas en inglés) entre niños de origen mexicano.
Los niños tuvieron un promedio diario de 78 minutos de actividad física moderada o vigorosa. Entre quienes se reportó un BMI sano el promedio de minutos de actividad sedentaria fue menor que el de los niños con sobrepeso y obesos.
“El riesgo de sobrepeso y obesidad fue menos entre la población de niños que alcanzaron más actividad física y menos actividad sedentaria”, señaló Kaiser.
La tasa de obesidad infantil en las comunidades agrícolas del Valle Central es más alta que el promedio a nivel nacional, según Kaiser.
“La prevalencia de sobrepeso es muy alta: 42 por ciento de la población tiene sobrepeso o es obesa", indicó la investigadora. “Entonces, es muy importante porque este estudio reportó que la actividad física es un componente muy importante para prevenir la obesidad infantil en niños de origen mexicano”.
La tasa de obesidad entre esos niños es 23%, comparada con 14-19% entre niños anglosajones de 6 y 11 años en Estados Unidos.
El resultado del estudio concuerda con otros que señalan un alto riesgo de obesidad y enfermedades crónicas entre poblaciones de origen mexicano. Dados esos patrones, el uso de acelerómetros podría ayudar a identificar factores de riesgo que puedan ayudar a explicar las tasas de sobrepeso y obesidad relativamente altas entre esta población.
La mayoría de los estudios indican que los niños obesos o con sobrepeso tienen más probabilidades de ser obesos como adultos. Y eso aumenta el riesgo de que desarrollen una serie de enfermedades.
“Por ejemplo, problemas cardiovasculares, la diabetes. Y aun entre niños: alta presión, alta glucosa en la sangre, alto colesterol”, explica Kaiser. “Los niños que tienen un peso más alto de lo que debe de ser tiene varios riesgos de salud”.
En base al análisis de datos recabados mediante el uso de los acelerómetros y las mediciones antropométricas, el estudio considera que el tiempo que los niños tienen de actividad física diariamente reduce la probabilidad de que tengan sobrepeso u obesidad.
“Estos resultados, por lo tanto, demuestran el valor de medir tanto la cantidad como la calidad de la actividad física en el contexto de la prevención de obesidad infantil”, concluyó el estudio.
Una iniciativa para mantener y mejorar la salud de comunidades y familias es parte de la Visión Estratégica 2025 (Strategic Vision 2025) de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC.