BAKERSFIELD (UC) - Las fiestas de fin de año deberían ser días especiales para disfrutar de la familia, pero se han convertido en una temporada estresante y con muchos gastos, lo que resulta contraproducente para el bienestar familiar, según indica una especialista de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
ENGLISH SUMMARY: The holidays can be very stressful and affect your budget. But an expert from UC Cooperative Extension says it doesn’t have to be so. She offers tips to be creative and help stretch your holiday budget making this special season memorable for the whole family. |
“Desafortunadamente, las personas tienen la tendencia a meterse en serios problemas financieros y eso genera mucho estrés, y todo es porque en estos días hay publicidad por doquier que nos anima a comprar y comprar; y lo que pasa es que las personas que no pueden gastar se sienten mal en estas fiestas”, explica Margaret Johns, especialista en nutrición y asuntos de la familia y del consumidor.
Añade que para poder hacer sus compras navideñas, muchas familias de bajos ingresos toman con frecuencia malas decisiones, tales como no pagar la renta o los servicios, o comprar a crédito, aun cuando saben que cuando llegue la factura no tendrán dinero para pagar. Incluso, hay quienes dejan de comprar alimentos y buscan ayuda en los bancos de alimentos. “Desgraciadamente la pobreza sigue creciendo en este país y hay mucha más demanda por los servicios de ayuda”, señala Johns.
Información de Public Policy Institute of California indica que durante las últimas dos décadas, el índice de pobreza -16.9 por ciento en el estado dorado- excede al resto del país, que es de 14.7 por ciento. Los latinos y afroamericanos son los más afectados, aun cuando la mayoría de ellos están trabajando, pues al menos un miembro de la familia tiene trabajo de tiempo completo.
Para las familias de bajos ingresos, lograr que el salario cubra todas las necesidades es un reto diario, pero es aún peor durante las festividades de fin de año. De ahí que Johns se haya impuesto, como meta personal, el tratar de simplificar los días de fiestas, promoviendo días divertidos en familia, llenos de juegos, actividades y gratos recuerdos, pero sin gastar mucho dinero.
Johns, quien además enseña educación financiera a familias de bajos ingresos en el condado de Bakersfield, dijo que ella ha aprendido mucho enseñado a esas familias, porque entre sus alumnos hay personas muy creativas que han hecho sus propias tradiciones familiares, con juegos y concursos sin grandes gastos; ella citó algunos ejemplos:
- Una señora platicó cómo su familia realiza cada año un concurso; este consiste en que cada uno de los miembros haga una decoración navideña que deberán presentar durante las celebraciones. La abuela decide cuál es la mejor decoración y el ganador se lleva una bolsa de dulces.
“Mientras esa mujer estaba contándome esto, yo podía ver lo divertido que era y los gratos recuerdos que deben tener después de hacerlo varios años. Entre todos crearon una tradición familiar y sin gastar mucho dinero. Ellos pasan un rato muy divertido y cuando la familia se reúne disfrutan al estar juntos”, indica Johns.
- Una madre soltera creó la tradición de regalar a sus hijos una pijama navideña cuando eran chiquitos y todos estrenaban la pijama durante la cena especial que ella preparaba en Navidad; y ahora aunque los hijos son adultos continúan haciéndolo.
- Otra mamá dijo que ella regala cada año a los miembros de su familia una bota navideña que rellena con diferentes sorpresas que va comprando a lo largo del año. Ella gasta en promedio cinco dólares para cada miembro de la familia.
Johns también ofreció sus propias ideas para celebrar sin gastar: hacer sus propios regalos, ofrecer sus servicios –como lavar el auto, cuidar a los niños o preparar la cena- o escribir un poema. “Hay que tratar de abandonar la comercialización en estos días festivos”, reiteró la experta.
Sin embargo, para muchas personas dar un regalo es importante y, en este caso, la sugerencia principal es crear un presupuesto, ceñirse a este y empezar a hacer las compras lo más pronto posible. “Yo compro los regalos de Navidad a lo largo de todo el año”, indica Johns.
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Ella sugiere empezar las compras navideñas en enero, porque en esos días las tiendas rematan los saldos y la ropa de final de temporada y se podrán encontrar verdaderas gangas.
Finalmente recomienda a los padres evitar comprar juguetes costosos para los niños porque muchas veces los juguetes terminan botados en el ropero el mismo día de Navidad. Sin embargo, para los adultos los abonos al crédito podrían extenderse por varios meses.
“Creo que es tiempo de mirar atrás y hacerse algunas preguntas: ¿vale la pena todo ese estrés? ¿Es así como quiero mostrar mi amor a mis hijos? Tal vez la mejor manera de mostrar nuestro amor es creando gratos recuerdos familiares porque, al final, los recuerdos son lo único que nos llevamos”, concluye Johns.
Extensión Cooperativa de la Universidad de California
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