MERCED (UC) – El dragón durmiente bajo las huertas de almendros del Valle Central está bostezando y estirando sus patas. El dragón es la salinidad, dice el asesor agrícola de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, David Doll. “No lo notas hasta que ya es muy tarde y entonces es cuando nos enfrentamos a un problema”.
La acumulación salina en el perfil del suelo de las huertas es un dolor de cabeza recurrente. Pero se agudiza durante las sequías, cuando los granjeros usan más agua subterránea, la cual es por lo general más salina que el agua de la superficie, o su suministro de agua superficial es más salina de lo normal.
La salinidad se acumula en el suelo cuando el árbol está creciendo rápidamente y las almendras se están desarrollando a lo largo de la primavera y verano. Cuando se aplica agua con sales disueltas, las raíces del árbol excluyen la sal y solo absorben el agua. Conforme la sal se acumula durante los riegos consecutivos, el árbol debe trabajar más duro para absorber el agua. El esfuerzo extra hace que su crecimiento y producción se reduzcan.
“Durante esta etapa los árboles lucen saludables, pero no están alcanzando todo su potencial”, mencionó Doll.
Pero con el tiempo, sin embargo, la sal se puede acumular hasta alcanzar niveles tóxicos y el árbol ya no podrá excluirla.
“La toxicidad salina se hace aparente en las hojas más viejas, las cuales se ponen café en las orillas y eventualmente se caen del árbol. “Vimos bastaste de esto en el condado de Merced este año, especialmente en suelos más arenosos”.
¿La cura? Más agua. Las lluvias del invierno pueden ayudar a lixiviar la sal de la zona de las raíces. Si California experimenta otro invierno seco, los agricultores van a tener que aplicar agua subterránea para remover la sal de las raíces de los almendros.
“Un 75 por ciento de nuestras huertas de almendros están bien cuando hay suficiente agua de lluvia”, señala Doll, “pero algunos granjeros deben aplicar agua en el invierno, incluso en los años normales”.
Doll recomienda a los agricultores que en el otoño tomen muestras del suelo, a diferentes profundidades, para evaluar la salinidad en la zona de raíces.
Para remover las sales acumuladas, se debe aplicar suficiente agua para llenar el perfil del suelo (fill the soil profile), agregó. Una vez que el perfil está lleno, cantidades más pequeñas de agua aplicadas mediante riego o lluvia, serán suficientes para empujar las sales hasta debajo de la zona de las raíces.
Extensión Cooperativa de la Universidad de California
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