DAVIS (UC) – California tiene una nueva ley que impone restricciones y controles a la extracción del agua subterránea, lo que marca un cambio histórico en el consumo de agua. Un especialista de Extensión Cooperativa de la Universidad de California en Davis, señala que está regulación redundará en grandes beneficios económicos, sociales y ambientales.
ENGLISH SUMMARY: A new law in California requires local water authorities to regulate the pumping of water from underground aquifers. It also imposes restrictions and controls on water deposits with low levels. For many California farmers groundwater is essential as aquifers provide 30 percent of the state's water supply in normal years but up to 60 percent in drought years. |
“Es una ley para el uso sustentable de las aguas subterráneas que permitirá que haya agua no solo ahora, sino en el futuro”, indica Samuel Sandoval Solís, especialista en recursos hídricos. “Al principio, en algunos lugares no en todos, habrá algunos recortes de agua, o una disminución en la extracción del agua, y eso definitivamente va a generar pérdidas a corto plazo, pero a largo plazo, lo que se busca es que haya agua en este año, el que sigue y dentro de veinte años”.
El agua subterránea es el agua almacenada en el subsuelo y que se extrae a través de la perforación de pozos; entre los depósitos más importantes de agua subterránea se encuentran los acuíferos.
Debido a la prolongada sequía registrada durante los últimos años, el agua subterránea se ha estado bombeando de manera continua para la producción agrícola. El problema es que en algunas áreas del estado, el ritmo del bombeo de agua ha sido mucho mayor que la cantidad de agua que se logra reponer con lluvia o nieve derretida, y esto ha generado serios problemas ambientales como hundimientos en la tierra y desaparición de especies.
Lo que propone esta ley -que entrará en vigor en enero del próximo año- es vigilar cuánta agua se extrae y establecer controles, ya que en los términos legales actuales, se permitía a agricultores o propietarios de tierra extraer el agua subterránea en sus propiedades sin restricción alguna.
“La gente compraba terrenos, podía hacer pozos y extraer el agua, sin necesidad de solicitar un permiso a la autoridad estatal, y dos sin necesidad de decir cuánta agua extraía”, indica Sandoval.
Para entender por qué un recurso tan valioso como el agua no se había controlado antes, habría que revisar la historia. A principios de los años 1900, la autoridad estatal de derechos del agua concedió una exención para solicitar permiso y reportar la cantidad de agua extraída del agua subterránea para el uso agrícola.
Sandoval Solís explica que en aquel entonces había suficiente agua superficial en los ríos para satisfacer las necesidades, pero a medida que la sequía ha ido empeorando también ha aumentado el bombeo de agua. “En los años normales de lluvia, el porcentaje de agua subterránea que se extraía era del 30 por ciento; sin embargo, durante la sequía el nivel de extracción de agua subterránea aumentó hasta en un 50 o 60 por ciento”, explica Sandoval Solís.
Cuando el nivel del agua subterránea empezó a bajar, la excavación de pozos más profundos se convirtió en práctica común. “La gente con mayores recursos económicos puede perforar pozos más profundos, pero eso limita el acceso de agua a ciertos grupos, a ciertas personas. Además, los niveles de agua están bajando y eso es señal inequívoca que el agua se está acabando”, señala el experto.
La necesidad de controlar y administrar el agua subterránea había sido un asunto pendiente por varios años, hasta que finalmente, el martes 16 de Septiembre, se autorizó su control.
La nueva ley da autoridad a las agencias locales para que evalúen la administración del consumo de agua subterránea y monitoreen cuánta agua sale de los acuíferos a fin de evitar la sobre explotación. Las agencias tendrán dos años para desarrollar un plan de sustentabilidad y tendrán de 5 a 7 años para empezar a implementarlo. En 20 años deberá estar funcionando en su totalidad.
La ley se implementará en etapas porque se necesitan varios estudios de evaluación. “Esta ley lo que pretende es hacer un uso ordenado y sustentable del agua, y para poder hacerlo hay que tener un plan, una idea de cómo hacerlo. Habrá que definir los acuíferos, las cuencas subterráneas, determinar de dónde viene el agua que recarga a esos acuíferos y para eso hará falta el apoyo científico. Y después de precisar cuánta agua se extrae, se instalarán medidores y es probable que se establezcan ciertos cobros; esto es, en esencia, la parte mecánica de la implementación”, indica Sandoval Solís.
Las agencias locales del agua tendrán que presentar un plan preliminar en el 2016, y un año después se publicará el plan que definirá el estatus de cada uno de los acuíferos; aquellos que se reporten con sobre explotación se les dará alta prioridad y las restricciones empezarán antes.
“Los acuíferos que tengan prioridad alta y media y haya pruebas de sobre explotación, tendrán que tener un plan establecido e implementado para el 31 de enero del 2020. Se tendrán prácticamente tresaños para la definición y para empezar las acciones con miras a este plan sustentable de aguas subterráneas”, enfatiza Sandoval Solís.
El experto añade que se esperará hasta el 2022 para aplicar controles a los acuíferos que no están en situación de sobre explotación. Sin embargo, la regulación de agua subterránea ya se está efectuando en algunas áreas de California; en los condados del Sur del estado, esta ley no tendrá mayor impacto pues ya existen controles para el uso del agua.
Sandoval Solís, concluye que la nueva ley–que llevará varios años en implementarse– garantizará que haya agua para futuras generaciones.
Extensión Cooperativa de la Universidad de California
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