DAVIS (UC) – Ante la posibilidad de que las sequías que se han registrado en California en los últimos tres años puedan convertirse en la regla y no en la excepción, científicos de la UC se enfocan en desarrollar medidas que permitan a todos los sectores del estado ahorrar agua y evitar una futura catástrofe económica y social.
California atraviesa por su tercera sequía consecutiva, habiendo sido el año pasado el más seco en la historia del estado dorado.
Un artículo publicado en la revista California Agriculture indica que los granjeros han dejado de cultivar sus tierras ante la escasez de agua para riego, los rancheros se han visto obligados a vender el ganado que no pueden alimentar porque los pastizales están completamente secos, y las autoridades han tenido que transportar millones de pequeños salmones hasta el océano porque la corriente de agua en los ríos no es suficiente para que puedan nadar por si mismos. A los residentes californianos también se les ha pedido que ahorren, de manera voluntaria, un 20 por ciento en su consumo de agua, además de que sus bolsillos ya están sintiendo los efectos de la prolongada sequía.
“Esta sequía no tiene precedentes – no habíamos tenido esta falta de lluvia desde que empezamos a llevar un registro”, dijo Dough Parker, quien dirige el Instituto de Recursos Hídricos de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC.
No obstante, Parker aseguró que la sequía no es algo nuevo en el estado. “California siempre ha registrado sequías y las seguirá registrando. Es algo con lo que necesitamos aprender a vivir”.
De hecho, según Parker, las sequías del pasado han obligado a adoptar medidas de conservación que han evitado que las actuales sequías tengan mayores efectos en el suministro de agua. Por ejemplo, la instalación de regaderas de flujo reducido y sanitarios que usan menos agua ha permitido que en la actualidad se consuma menos agua por persona. “Aprendimos la lección”, aseguró Parker. Añade que las prolongadas sequías podrían ser la nueva norma, en lugar de la excepción.
En el jardín
Los residentes urbanos pueden ahorrar mucha más agua, especialmente en jardines y zonas verdes, a donde va a parar casi la mitad del agua que se usa a nivel estatal. Se usan casi 200 galones de agua diariamente para regar el jardín de una casa.
Por esa razón, el programa de Jardineros Maestros de San Marín se ha unido al Distrito Municipal de Agua de esta localidad para ofrecer “Paseos por el Jardín”, auditorias sobre el consumo de agua, sin ningún costo para el consumidor. Más de 100 Jardineros Maestros voluntarios visitan los jardines de los interesados y evalúan y hacen sugerencias sobre el tipo de plantas y sistemas de riego que ayudan a conservar agua.
“Uno de los problemas más grandes son los sistemas de riego automáticos que no reciben mantenimiento”, señala Steven Swain, consejero sobre medioambiente y horticultura de Extensión Cooperativa de la UC (UCCE) en los condados de Marín y Sonoma. “Anualmente encontramos que algunos de ellos están desperdiciando cientos de galones de agua diariamente, pero la fugas con frecuencia son subterráneas así que nadie se da cuenta”.
Otro problema son los controles antiguos de los sistemas de riego, que a diferencia de las versiones más modernas no se apagan automáticamente cuando llueve. Otras sugerencias para ahorrar agua son el uso de xeriscape, el cual utiliza plantas que requieren menos agua para sobrevivir; o agrupar plantas por zonas para asegurarse que las que consumen mucha agua compartan un mismo circuito dedicado de riego.
En su quinto año de existencia, el programa Paseos por el Jardín ha ayudado a los participantes a ahorrar un promedio de mil galones de agua por año.
En el sector agrícola
Ante la sequía por las que atraviesa el estado, los expertos de UCCE están enfocando sus esfuerzos en ayudar a agricultores a ahorrar agua en sus cultivos sin afectar su producción, una tarea nada fácil, ya que algunos cultivos, como el del aguacate, requieren de varios riegos al día. Pero aun cuando los productores de aguacates no pueden usar menos agua, Ben Faber, asesor agrícola de UCCE, asegura que pueden mejorar sus sistemas de riego haciéndolos más eficaces.
“Los productores de aguacates tienden a ser los mejores irrigadores del estado”, menciona Faber, agregando que mucha o poca agua puede causar problemas de raíces en los aguacates.
Faber también trabaja con los productores de cítricos en California. Actualmente está realizando pruebas con portainjertos de naranjos resistentes a sequías. Su objetivo es lograr árboles con raíces más profundas que puedan aprovechar el agua de lluvia del invierno y producir más naranjas con menos riego.
Por su parte, Mark Battany, asesor agrícola de UCCE para granjas vitivinícolas en los condados de Santa Bárbara y San Luis Obispo se enfoca en encontrar la manera de reducir el uso de agua en los cultivos de uva para vino.
Las parras, a diferencia de los aguacates y naranjos, consumen menos agua, pero los sembradíos en Paso Robles, una de las principales zona vitivinícolas del estado, dependen casi por completo de depósitos de agua subterránea, los cuales, según explica Battany, están disminuyendo a paso acelerado.
“El nivel freático ha ido bajando en Paso Robles”, dice Battany. “La disponibilidad de agua es el problema número uno que amenaza nuestra productividad a largo plazo”.
En respuesta a esta situación, Battany analiza la forma de hacer que las parras sobrevivan con menos agua. Explica, por ejemplo, que las parras crecen cerca al suelo porque así es como funciona en Europa, pero que puede que ello no sea lo mejor para Paso Robles, donde el aire cercano al suelo es con frecuencia frío cuando las hojas de las parras empiezan a brotar en la primavera. Actualmente, algunos cultivadores protegen sus viñedos de las heladas rociando las parras con agua (la transición del agua líquida a hielo produce calor, el cual protege los delicados brotes del frío).
Battany explora una alternativa al uso de riego para proteger las parras del frío y también del calor del verano y otros cambios climáticos. Esta alternativa parte del hecho de que el aire cercano al suelo es más frío en la noche y más caliente durante el día.
“Si entrenamos a las parras para que crezcan más altas, se podría evitar ambos extremos”, mantiene el experto.
Otro experimento que Battany realiza es el uso de máquinas de viento para mezclar el aire superior más caliente con el aire inferior más frío como método de protección para las parras. Para ello, actualmente existen 60 torres que miden la temperatura del aire tanto a una altura de 3.5 pies, como a 5 pies.
Por su parte, en los viñedos del condado de Mendocino, que se irrigan de los ríos Russian y Navarro, Glenn McGourty, asesor de viticultura y botánica, no se preocupa de las condiciones actuales, sino que se prepara para un clima más seco y caluroso en el futuro.
“Los esquejes de parras que se usan en esta zona provienen del norte de Francia, así que no resisten el calor muy bien”, explica McGourty, agregando que por esa razón realiza pruebas con variedades que producen raíces más profundas y que sobreviven en lugares cálidos como Grecia y Portugal.
“Queremos hacer frente a los cambios climáticos y continuar produciendo buen vino”, anota McGourty.
Las soluciones para todos los usuarios de agua de California, desde peces y vida silvestre hasta agricultores y residentes urbanos, no se pueden hacer esperar demasiado. No solo está creciendo la demanda de agua, sino que tampoco podemos contar con toda el agua a la que hemos estado acostumbrados.
Esta nota fue adaptada del artículo UC Cooperative Extension helps Californians use water wisely publicado en la revista científicaCalifornia Agriculture, ejemplar de julio-septiembre 2014, volumen 68, Número 3.
La Iniciativa Global de Alimentos de la Universidad de California aspira a encaminar al mundo por una trayectoria que permita a la población mundial alimentarse de manera sostenible y nutritiva. La iniciativa, que se apoyará en esfuerzos actuales y en nuevas colaboraciones entre los 10 planteles universitarios, los laboratorios nacionales afiliados a la UC y la División de Agricultura y Recursos Naturales, desarrollará y compartirá soluciones a problemas de seguridad alimentaria, salud y sostenibilidad para beneficio de California, los Estados Unidos y el mundo entero.
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