DAVIS (UC) – Sin duda, no hay nada más romántico que regalar un ramo de rosas a ese ser amado en el Día de San Valentín.
¿Pero alguna vez se ha puesto a pensar si este gesto romántico tiene efectos nocivos en el medioambiente? La respuesta es sí. Y no, no tiene nada que ver con el hecho de que usted desee demostrar su amor a esa persona amada en el Día del Amor. En realidad, es la forma en la que se cultivan estas flores en algunas partes del mundo lo que está dañando al medioambiente.
En un día como el 14 de febrero, los consumidores gastan 1,900 millones de dólares en flores, entre las que se cuentan aproximadamente 233 millones de rosas, según un estudio del sitio About Flowers.
Melissa G. Womack, educadora del Programa de Jardineros Maestros de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, indica en su blog que desde 1990 el estado de California ha requerido a la industria agrícola que reporte el uso de pesticidas, incluyendo la industria de las flores cortadas.
“Los estudios muestran que el uso de pesticidas en la producción de flores cortadas en California se ha reducido en casi un 50 por ciento del 2001 al 2010”, precisa Womack.
La educadora explica que California actualmente produce un 60 por ciento de las rosas que se venden anualmente en Estados Unidos, pero que los cultivadores simplemente no se dan abasto con la demanda de estas flores durante el Día de San Valentín, porque la producción se reduce durante los meses de frío. Estos factores contribuyen a que la gran mayoría de las rosas que se venden en febrero tengan que ser importadas de Colombia y Ecuador, de donde también se importan entre un 85 y 95 por ciento de la flores más comunes que se venden en Estados Unidos, según un artículo del One Green Planet, citado por Womack.
“Con menos restricciones sobre el uso de pesticidas en Sudamérica, el impacto al medio ambiente debido al cultivo de rosas en estos países puede ser devastador”, señala la experta.
Por su parte, Alejandro Boada, de la Universidad Externado de Colombia manifiesta en un artículo publicado en el Organic Bouquet que cita Womack en su blog, que “para cultivar la rosa perfecta, los cultivadores deben recurrir al uso de químicos para acabar con las malezas e insectos”, agregando que “los pesticidas han sido encontrados en la tierra a 300 y 400 metros de profundidad. Por otro lado, la demanda de agua para cultivar las flores han mermado las reservas acuíferos, de las que dependen otras granjas”.
Womack agrega, por su parte, que “los agresivos pesticidas” que se usan en estos países no solo tienen un impacto destructivo en el medioambiente, sino que además las “frágiles rosas importadas” con frecuencia tienen que volar miles de millas para llegar a bodegas de mayoristas de donde deben ser transportadas en camiones de carga con refrigeración que gastan mucho combustible antes de llegar a los refrigeradores de las florerías
Womack brinda algunas sugerencias para regalar otras cosas, que no sean flores y que no afectan al medioambiente, en este Día de San Valentín:
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Regale una planta que sea nativa de la región. Las plantas nativas crecen muy bien en su ambiente local y proveen alimento para insectos polinizadores como abejas y mariposas.
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Encuentre un cultivador de flores local en el sitio en línea de The Association of Specialty Cut Flower Growers (Asociación de Cultivadores de Flores Cortadas Especializadas). No solo estará apoyando a una granja pequeña y muchas veces familiar, sino que también invertirá dinero en su economía local.
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Conéctese con cultivadores de flores frescas, bellas y orgánicas usando el banco de datos de Local Harvest.
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Para los amantes de la comida, las hierbas de olor en macetas son un excelente regalo.
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A los jardineros les encantan las colecciones de semillas en paquetes para plantar en su huerto de verano.
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Y por último, aprenda a cultivar sus propias rosas en su jardín para el Día de San Valentín, comuníquese con el Programa del Jardinero Maestro de la UC (UC Master Garden Program) de su localidad.
Adaptado del Green Blog de UC ANR. Escrito por Melissa G. Womack.