El moho en los alimentos puede causar problemas de salud

Oct 28, 2011

DAVIS - (UC) – El moho es un microorganismo  que se encuentra prácticamente por todas partes: crece en cualquier lugar donde haya agua o humedad y se le ve con frecuencia en los alimentos, paredes de la casa, basureros y hasta en el refrigerador.

Concepción Mendoza, especialista en nutrición y asuntos de la familia de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, explica qué es el moho, también conocido como hongos, cómo crece y qué se debe hacer para evitar que se propague en su hogar. Es importante aprender a controlarlos porque algunos de estos hongos son tóxicos y pueden causar problemas serios de salud a los humanos, mascotas y plantas.

Estudios reciente han ligado el rápido crecimiento del moho al creciente problema de asma durante los últimos 20 años. En 1999 un estudio de la Clínica Mayo implicó al moho como la causa de casi todos los problemas crónicos de sinusitis que afligen a millones de estadounidenses.

“Los hongos al igual que las bacterias son organismos microscópicos que viven en las plantas y en los animales. Estos tienen unas esporas que son las que le dan el color característico al moho y le sirven para reproducirse y ser transportado ya sea por el aire, agua o a través de los insectos”, señala la especialista. “Se debe tener mucho cuidado para evitarlos, ya que algunos hongos son tóxicos para las personas pues producen toxinas que pueden causan cáncer, reacciones alérgicas o problemas respiratorios fatales, especialmente cuando no se tienen buenas defensas”.

Nadie sabe cuántos tipos de hongos existen; lo que se conoce es que hay algunos hongos que no son tóxicos y son comestibles, incluso hay hongos que se usan para preparar ciertos alimentos como el queso Roquefort, Gorgonzola y Stilton.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos ha establecido estándares que determinan, con base en investigaciones científicas, cuándo se pueden consumir los alimentos que tienen hongos o moho y cuándo deben descartarse. Por ejemplo, en el caso de los quesos duros, la recomendación de las autoridades es que se deshaga de la parte del queso que esté enmohecida, más una pulgada alrededor del moho para prevenir que haya contaminación.

“Otro tipo de moho que crece en los alimentos y que no se necesita desechar es el que crece en los salamis duros; por lo general se puede ver en la superficie del salami como manchas blancas; este moho no es tóxico y lo único que debe hacer es lavar con agua el salami hasta quitar el hongo, y después de esto se puede comer su salami”, indica Mendoza.

Sin embargo, en caso de que se detecte moho en las carnes, yogur, queso crema, pan o productos horneados, crema de cacahuate, nueces y comidas preparadas, los alimentos deben echarse a la basura.

“Siempre es mejor desechar un alimento que correr el riesgo de enfermarse o que alguien de la familia se enferme”, recalca Mendoza.

Añade que por lo general, el hongo no puede verse a simple vista y cuando se ve es porque los alimentos ya están contaminados. Por ejemplo, los puntos negros que a veces aparecen en el pan o el crecimiento blanco y con pelusa que brota en las gelatinas. Otros ejemplos de moho son las manchas negras que emergen en el plástico que sella las puertas del refrigerador o la humedad que emana del trapeador mojado.

Según la especialista, una buena limpieza es esencial para evitar que el moho crezca; sin embargo, el moho también crece en algunos objetos de limpieza como trapeadores y toallas de cocina. “Las esponjas son el medio perfecto para que crezca porque el hongo aparece en cualquier lado donde haya agua y humedad, de manera que siempre que use una esponja o trapeador debe lavarlo y dejar que se seque bien después de utilizarlos”, enfatiza Mendoza.

Ella explica que a diferencia de las bacterias, que son más selectivas y crecen en alimentos ricos en proteína, el moho se anida en cualquier lado.

“Todos los alimentos son susceptibles a los hongos y mohos, inclusive se ha encontrado moho creciendo en jaleas y mermeladas que son productos donde generalmente no crece bacteria debido a la alta concentración de azúcar. También llegan a reproducirse en las comidas que están dentro del refrigerador”, explica Mendoza.

He aquí algunos consejos fáciles de seguir que le ayudarán a evitar que el moho o los hongos crezcan en sus alimentos:

  • Limpie el interior del refrigerador una vez al mes usando una cucharada de bicarbonato de soda disuelto en un litro de agua. Enjuague con agua limpia y seque. Es importante mantener secos todos los recipientes que se guardan en el refrigerador.
  • Quite el hongo visible que usualmente aparece como manchas negras en los empaques plásticos que sellan las puertas del refrigerador; use 3 cucharadas de blanqueador o cloro en un cuarto de agua.
  • Si encuentra un alimento que tiene hongos, échelo en una bolsa de papel o plástico, y tírelo a la basura.
  • Mantenga las toallas de cocina, esponjas y trapeadores muy limpios y secos. Si percibe algún olor a humedad es porque algo a su alrededor tiene hongos.
  • Tire los utensilios que no puede limpiar o lavar.
  • Evite comprar frutas o verduras que estén magulladas.
  • Vacíe las latas abiertas de alimentos perecederos en envases limpios y refrigérelos inmediatamente.
  • Mantenga cubiertos todos los alimentos y refrigérelos o congélelos pronto. Recuerde que las esporas de los mohos pueden estar en el aire.
  • Evite oler los artículos con hongos pues eso puede causarle problemas respiratorios.
  • Use las sobras de comidas lo más pronto posible: en 3 o 4 días para que el hongo no tenga oportunidad de crecer.

Para eliminar el crecimiento de moho en el interior del hogar, especialmente en el baño donde hay mucha humedad, se aconseja ventilarlo bien o secar las paredes con un trapo limpio; el moho que crece en las habitaciones también ha sido asociado con problemas de salud como las alergias que padecen millones de personas y, en casos más serios, infecciones pulmonares.


By Norma De la Vega
Author - Broadcast Communications Specialist III