Mayo es el Mes Nacional para Promover la Autoestima entre Adolescentes
LOS ÁNGELES – (UC) - La adolescencia es una etapa crítica en la vida del ser humano; es un periodo en el que los jóvenes toman decisiones que les afectarán el resto de sus vidas, y los padres juegan un papel importantísimo en la orientación de los jóvenes para encaminarlos hacia un desarrollo sano y positivo.
Un especialista en desarrollo juvenil de la Universidad de California señala que en esta era en que los jóvenes dependen tanto de la Internet y las redes sociales para entablar relaciones con desconocidos los padres no pueden descuidarse un momento. Es preciso que estén pendientes de las actividades de sus hijos y mantengan buenas líneas de comunicación con ellos para enseñarles a tomar buenas decisiones que les ayuden a crecer plenamente en todos la facetas de su desarrollo: física, intelectual, emocional y mentalmente.
“Por ejemplo, si un adolescente está lidiando con presiones de los compañeros y tiene dudas entre asociarse con pandilleros o con el grupo de buenos estudiantes, quienes deben estar ahí, son los papás para ayudar al hijo a procesar sus dudas y enseñarlo a tomar buenas decisiones para su futuro”, señala Keith Nathaniel del programa 4-H de Extensión Cooperativa de la UC.
El objetivo del Programa 4-H es ayudar a los jóvenes a desarrollar su potencial para crear líderes y buenos ciudadanos. Se trata de un programa que fomenta en los jóvenes el liderazgo, interés por el bienestar de los demás, civismo y cómo llevar una vida saludable. A través de diferentes actividades, los jóvenes aprenden habilidades que les ayudarán a cultivar su autoestima, tales como hablar en público, establecer metas, adaptarse a diferentes situaciones y desarrollar un raciocinio crítico.
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La adolescencia, entre los 12 y 19 años de edad, es un periodo crítico en la formación del ser humano. Es cuando el niño empieza a formar su autoestima, es decir la idea positiva o negativa que tiene de sí mismo, en base a su experiencia y vivencias personales. Por eso es muy importante, enfatiza el especialista, que los padres estén siempre en contacto con sus hijos para que los ayuden a moldear una imagen positiva de sí mismos; está comprobado que cuando un adolescente tiene una autoestima sólida sabe establecer amistades positivas, aprovechar oportunidades de crecimiento y decir no a conductas de riesgo y presiones sociales de sus compañeros.
“La familia, en particular, puede ayudar mucho a los adolescentes a lidiar positivamente con las presiones que en alguna etapa de su vida encontrarán y, para lograrlo, es necesario que los padres platiquen todos los días con sus hijos sobre sus experiencias cotidianas, conozcan a las personas que son importantes en la vida de sus hijos y establezcan una relación formal, ya sea con el maestro, los amigos o el entrenador”, recomienda Nathaniel.”
Él señala que los adolescentes que prosperan y tienen éxito en sus vidas cuentan con la orientación de sus padres, y con ella logran convertirse en ciudadanos comprometidos consigo mismos y con el bienestar de la familia y la comunidad.
“Los adolescentes que adoptan conductas saludables que llevan a desarrollar y alcanzar su potencial no son aquellos que crecen aislados, sino los que están bien informados, los que platican todos los días con sus padres sobre sus experiencias diarias; sin embargo, especialmente entre las comunidades étnicas, los padres no están dedicando suficiente tiempo a hablar con sus hijos sobre temas relevantes de la vida, y lo que está ocurriendo es que esos niños están creciendo sin la información adecuada”, señala Nathaniel.
El especialista brinda algunos ejemplos de situaciones cotidianas. “Si el adolescente quiere lo último en tecnología, pero los padres han hablado con su hijo respecto a la situación económica de la familia y sabe que no es posible adquirir ese aparato electrónico, entonces es probable que el joven no tienda a pedir algo muy costoso. Y si el hijo siente hambre y quieren comerse una bolsa de papas fritas, pero el papá está ahí para explicarle que la comida chatarra no le ayudará a crecer sano, es probable que el joven opte por comer una manzana; eso es enseñar a los hijos a tomar decisiones saludables para su vida”, recalca Nathaniel.
El especialista indica que hay maneras de evaluar si se está teniendo éxito en la labor de fomentar en los jóvenes un desarrollo positivo; esto se logra a través de diferentes indicadores sociales: la disminución de la criminalidad juvenil, los embarazos entre adolescentes y la deserción escolar, son algunos de ellos. Sin embargo, estadísticas del Departamento de Educación de California muestran que hay mucho por hacer ya que cada año, alrededor de 80 mil estudiantes no se gradúan de la preparatoria.
“La educación es un indicador de calidad de vida”, enfatiza Nathaniel. “En nuestra sociedad, el diploma de preparatoria demuestra que un joven tiene capacidad de tomar decisiones inteligentes y que ha adquirido un raciocinio crítico. Esto lo beneficiará en todas las esferas de la vida adulta: tendrá mejores opciones para seguir una carrera profesional, mayores posibilidades de adoptar un estilo de vida saludable con buenos hábitos alimenticios, y eso tiene repercusiones positivas para toda la sociedad,” concluye Nathaniel.