LOS ÁNGELES - (UC)- Los expertos recalcan que el consumo de frutas y verduras es indispensable para gozar de buena salud. Pero estas siguen escaseando en las comidas de quienes más las necesitan: las familias de bajos ingresos que viven en comunidades donde la venta de estos alimentos está fuera de su alcance. Un programa de la Universidad de California busca remediar esa carencia.
"Yo creo que todas los residentes del condado de Los Ángeles, y por qué no, de todo el mundo, deberían aprender a cultivar sus propios alimentos", afirma Yvonne Savio. Ella administra el programa Common Ground, o “Tierra en Común”, de Extensión Cooperativa de la UC en ese condado.
Savio coordina a voluntarios entrenados en horticultura por el programa de Jardineros Maestros (Master Gardeners), que la UC opera en casi todos los condados del estado para enseñar, gratuitamente, técnicas de jardinería y cultivo de huertas.
"Lo más importante es proveerles por lo menos la información básica para cultivar alimentos", explicó Savio durante una sesión de horticultura en el jardín comunitario Milagro Allegro, un pequeño lote en el suburbio angelino Highland Park.
"Y seguir proveyéndoles asesoría, como parte de los que llamamos las redes de jardinería comunitaria para que siempre tengan a su alcance a un jardinero maestro con quien puedan seguir cultivando sus hortalizas", añadió. *file118195*
Hasta ahora, el proyecto New Victory Gardening, que Savio dirige en el condado angelino, opera en 15 centros de servicio social, escuelas y jardines comunitarios. La meta es la misma que motivó la creación de los jardines de hortalizas que ayudaron a los estadounidenses a superar escasez de alimentos durante la Segunda Guerra Mundial.
Ahora, la meta al fomentar la práctica de cultivar frutas y verduras para el consumo en el hogar va mucho más allá de mitigar el hambre, como se hacía con los jardines de la victoria durante la guerra. Savio y sus colegas del programa estatal de jardineros maestros tratan de aumentar el abastecimiento de esos alimentos porque protegen de una serie de enfermedades.
"Sobre todo con toda esa información que tenemos de la epidemia de obesidad y diabetes y cómo están aumentando, especialmente en las comunidades de bajos ingresos", afirmó la especialista en horticultura. "Para nosotros es realmente importante que podamos hacer llegar información que pueda ayudar a estas personas".
La diabetes amenazaba la salud de Millie Macen-Moore, cuando su peso pasaba de 200 libras antes de unirse al programa de Jardineros Maestros que Savio dirige en el condado angelino. Lejos de resignarse a sufrir los devastadores efectos típicos de esa enfermedad, ella cambió radicalmente sus hábitos alimenticios.
“Empecé a comer mucha verdura, mucha fruta. Dejé las papitas fritas. Dejé el chicharroncito, dejé los burritos, los tacos… toda la comida mexicana ¡que siempre me gustaba! Empecé a sembrar mi propia comida", dijo.
El cambio no le fue fácil, pero sí sorprendente.
"Empecé a ver mi bolsillo, que no estábamos gastando tanto", explicó Macen-Moore. Como hija de padre mexicano y nieta de abuelo alemán y abuela nativa del estado de Puebla, México, ella tiene un interés especial en compartir los beneficios de la horticultura con familias hispanoparlantes.
Al incrementar su consumo de frutas y verduras, Macen-Moore notó cambios aun más sorprendentes.