Feb 12, 2008
DAVIS – (UC)— Los programas de desarrollo laboral para jóvenes han probado ser efectivos y beneficiosos no sólo para quienes participan en ellos, sino también para la comunidad en la que operan, revela un reporte realizado por expertos de la Universidad de California.
Desafortunadamente, cada vez son menos los jóvenes que pueden beneficiarse de estos programas pues los fondos federales que les permiten operar se han reducido drásticamente en las últimas tres décadas.
En California, un sondeo realizado en el 2006 reveló que dos tercios de los organismos administradores de programas de desarrollo laboral para jóvenes financiados por Workforce Investment Act (WIA) habían experimentado una reducción de sus fondos gubernamentales entre 2003 y 2006.
Estos sucedía mientras que un estudio reportaba que en el 2003 había 638,000 jóvenes californianos entre los 16 y 24 años de edad sin asistir a la escuela o sin trabajar.
“Muchos de estos jóvenes terminan en el sistema carcelario o cuando mucho, en trabajos de baja paga que no los sacan a ellos y a sus familias de la pobreza”, cita el reporte de la UC. “Los programas de desarrollo laboral para jóvenes que existen hoy día sólo atienden a una pequeña fracción de quienes lo necesitan”.
Por ejemplo, un estudio realizado en el área de Los Ángeles reveló que en el 2003 había aproximadamente 93,000 jóvenes que no asistían a la escuela ni tenían trabajo. Sin embargo, los programas financiados por WIA en esta región sólo tenían cupo para 2,232 jóvenes entre 2005-2006.
Aún así, algunos programas locales de desarrollo laboral para jóvenes han echado mano de su creatividad para expandir sus servicios más allá de los fondos limitados que les ofrece el gobierno federal, apoyándose en el sector público y privado de sus respectivas áreas.
Un análisis de los programas de WIA a cargo de un equipo conformado por investigadores de UC Davis y Extensión Cooperativa de la UC, encontró que los programas que involucraban a los jóvenes en trabajos públicos eran “particularmente prometedores”.
Los trabajos que los jóvenes realizan en estos programas van desde la limpieza de maleza en áreas de alto riesgo de incendios forestales, hasta la reparación de bardas, siembra de árboles y remoción de parques públicos, que no sólo les permiten adquirir verdaderas destrezas laborales, sino también sentirse orgullosos de si mismos.
En algunos casos, como el del programa Workforce One, los participantes empezaron haciendo este tipo de trabajos como servicio social, pero muy pronto empezaron a ser contratados por el sector privado, negocios y propietarios de casas quienes les remuneraban por sus servicios.
Otro ejemplo del éxito alcanzado es el del restaurante Checkers en Oroville, que sirve comida italiana en un ambiente elegante, al mismo tiempo que sirve como campo de capacitación para jóvenes de 18 a 21 años que participan en el programa WIA en el condado de Butte. En él se capacitan 18 jóvenes a la vez quienes tienen que trabajar en todas las labores del restaurante y reciben un salario mínimo. El programa está diseñado para dar a los participantes 1,000 horas de experiencia laboral.
El equipo identificó tres elementos principales que marcan la eficiencia de este tipo de programas:
1) Un enfoque holístico que combina la preparación laboral con servicios sociales y apoyo personal, incluyendo en algunos casos asistencia contra la adicción a drogas, consejería laboral y mentoría.
2) El uso de estructuras que agrupa a los jóvenes en grupos en los que aprenden y trabajan juntos, combinando el trabajo pagado con la oportunidad de desarrollar la confianza en sí mismos y aprender lo que toma ser un buen empleado.
3) La supervisión de un adulto que combina la disciplina y el apoyo en medidas apropiadas. El reconocimiento, en este caso, es de vital importancia para el desarrollo de los jóvenes.
“Es importante tener en cuenta que un solo enfoque no es suficiente para satisfacer las necesidades de la diversa juventud de California. Los proyectos de trabajo público son específicamente exitosos con jóvenes que están dispuestos a hacer un compromiso a largo plazo”, dice el reporte de la UC.
“Cada joven que el sistema WIA pueda poner en el camino a un trabajo seguro es un joven con menos posibilidades de depender más adelante de los servicios sociales o causar gastos por encarcelamiento”, concluye el reporte.
NOTA: Esta nota se basa en el artículo "Public work projects cultivate youth in workforce development programs" publicado en la revista California Agriculture, edición de enero-marzo del 2008.