Este verano entrará en vigor una nueva ley para prevenir los trastornos causados por el calor en los sitios de trabajo en California. Howard Rosenberg, especialista en administración laboral agrícola de Extensión Cooperativa de la Universidad de California en Berkeley, está listo para compartir información y recursos con agricultores y trabajadores agrícolas para ayudarles a cumplir con los requisitos de las nuevas normas laborales.
El verano pasado, las muertes reportadas ampliamente, de varios trabajadores agrícolas a causa del calor motivaron a legisladores en Sacramento a adoptar un reglamento de emergencia para proteger del calor a los trabajadores que laboran a la intemperie. En junio, este reglamento se convirtió en ley y exige que los empleadores proporcionen un cuarto de galón de agua por hora para los trabajadores que laboran al aire libre, un lugar sombreado, descansos cuando sean necesarios y entrenamiento acerca de la prevención de enfermedades por el calor.
Contrarrestar los efectos del calor no es algo nuevo para Rosenberg, a quien sus colegas llaman “Dr. Heat” (Dr. Calor) debido a los años que lleva dedicado a aplicar principios de investigaciones enfocadas en la fisiología para el beneficio de los trabajadores que laboran en entornos calurosos.
“Por cada tragedia que reportan los medios, hay miles de trabajadores cuyas labores se ven obstaculizadas por el exceso de calor”, precisa Rosenberg. “Todos saben que afuera hace calor, pero son pocos los que se dan cuentan cómo el calor se va acumulando en su cuerpo y el daño que les está haciendo.”
Los primeros síntomas de trastornos por el calor -- cansancio, irritabilidad, pérdida de concentración o coordinación -- pueden ser causa de un cálculo equivocado al mezclar agroquímicos, de una lesión al no usar una herramienta adecuadamente, fruta magullada, vides o parras mal cortadas o conflictos o malentendidos entre trabajadores o familias, indica el especialista. Otros síntomas, como desmayos o visión borrosa al caer sudor a los ojos, pueden tener desenlaces trágicos.
“Quedar inconsciente de manera momentánea, en sí, no es un problema duradero”, añade Rosenberg, “a menos que la persona afectada se halle conduciendo un tractor o esté subida en una escalera.”
Rosenberg aborda de lleno el tema del estrés por el calor
La prevención de trastornos causados por el calor, accidentes y problemas con el desempeño en el trabajo han pasado a ser asuntos de interés para Rosenberg, a la par con otros temas más tradicionales como la compensación de empleados, contratación, retención y supervisión de trabajadores.
Rosenberg comenzó a prestar atención a este asunto debido a los fabricantes del sistema de hidratación conocido como “CamelBak”, el cual consiste de una botella de agua blanda con un tubo largo que se lleva en la espalda o en la cintura para beber agua con frecuencia y con poco esfuerzo. Cuando un vendedor de la compañía le preguntó si los trabajadores tenían provisiones de agua en los campos, Rosenberg le informó que los agricultores generalmente proveían agua en botellones iglús (Igloo). Las siguientes dos preguntas lo dejaron perplejo e intrigado: “¿Beben el agua los trabajadores? ¿Cuánto beben y con qué frecuencia?
Aunque no recibió la capacitación formal que recibe un fisiólogo, Rosenberg se dio a la tarea de buscar respuestas y se embarcó en un recorrido que lo ha convertido en un experto muy solicitado respecto al estrés o agotamiento por el calor.
Una de las claves para sobrellevar el estrés por el calor es beber suficiente agua para reponer los fluidos que el cuerpo pierde al transpirar. Cuando el cuerpo está trabajando fuertemente, el “horno” interior está al rojo vivo y eleva la temperatura interna.
“Nuestro propio metabolismo es la fuente principal de calor que nos causa agotamiento”, precisa el especialista.
El calor ardiente del sol se aúna al calor corporal, y el aire caliente hace más lento el proceso natural para deshacerse del calor. La primera reacción del cuerpo a la acumulación de calor es enviar más sangre a las extremidades y superficie de la piel, desde donde el calor puede evaporarse en el medioambiente. Si el cuerpo necesita enfriarse o refrescarse más rápidamente, las glándulas sebáceas entran en acción, sacando líquido de la sangre para llevar el sudor, a través de los poros, hasta la superficie de la piel.
Al haber menos agua en la sangre, disminuye la capacidad de continuar refrescando el cuerpo. El corazón tiene que trabajar más fuerte para hacer circular la sangre más espesa, la cual lleva nutrientes y oxígeno a los músculos, cerebro y otros órganos vitales.
“Es vital beber líquidos para reponer el agua perdida al sudar. Esperar hasta que se tiene sed es una reacción realmente pésima para decidir cuándo se debe beber agua”, puntualiza Rosenberg. “Es mucho mejor para la persona beber agua porque sabe acerca del funcionamiento de su cuerpo, que simplemente beber según como se sienta.”
Rosenberg brinda una analogía con los sistemas de irrigación de cosechas. "Generalmente es más eficaz el riego por goteo que el riego por inundación”, indica. “Beber ocho onzas de agua cada 15 minutos es mejor que consumir rápidamente un galón completo de agua después de una hora de trabajo en una larga hilera.”
La aclimatación es una de las claves para prevenir los trastornos por el calor
Acostumbrarse al calor es un factor importante en la prevención de enfermedades por el calor, indica el especialista. En 25 casos graves de trastornos por el calor investigados el año pasado por la Agencia de Seguridad y Salud Laboral de California, había agua disponible pero las víctimas estaban deshidratadas. Para cuatro de cinco trabajadores afectados era su primera semana en el trabajo; y casi la mitad de ellos se enfermaron el primer día de labores. Ninguno había recibido entrenamiento acerca de la aclimatación. La mayoría de los trastornos no fueron reconocidos sino hasta que estaban en estado avanzado. La temperatura promedio de las víctimas era de 104 grados; 76 por ciento de ellas se desmayaron, 38 por ciento fueron hospitalizadas y 54 por ciento fallecieron.
En una presentación reciente que Rosenberg ofreció, los patrones se preguntaban cómo lidiar con el tema de la aclimatación.
“Contratamos a los trabajadores porque los necesitamos ahora mismo”, dijo Ken Hernández, gerente de recursos humanos de Tulare River Ranch, una empresa ganadera y lechera.
“Es una buena idea comenzar trabajando sólo parte del día e incrementar, poco a poco, tanto la cantidad de tiempo como el esfuerzo en el trabajo durante la primera semana”, explica Rosenberg. “Y siempre ayuda asignar los trabajos más pesado para las horas más frescas del día. Si el trabajo debe continuar a paso rápido, se debe estar muy alerta de síntomas tempranos de trastornos por el calor cuando el clima es muy caluroso o húmedo.”
David Aquino, vicepresidente de relaciones humanas de SunWorld, compañía productora de uvas de mesa, precisó que otra preocupación de los empleadores son las condiciones o el estado en que llegan los trabajadores a su sitio de trabajo.
“Los domingos son días de pachanga para los hispanos, especialmente para los hombres jóvenes y solteros, grupo que compone una gran parte de nuestra fuerza laboral. Cuando llegan a trabajar el lunes, tienen la cruda. Entonces ya están deshidratados”, explica Aquino. “O quizás están obesos, padecen de diabetes o simplemente no se sienten bien ese día. Siempre hemos tenido que lidiar con el agotamiento por el calor. Ahora modificaremos nuestro programa para cumplir con las nuevas reglas.”
Rosenberg está ayudando a los empleadores a enfrentar el reto de lograr que los trabajadores hagan lo que los científicos han aprendido que deben hacer para su bienestar.
“Muchos trabajadores se sienten bombardeados con letreros, consignas y exhortaciones. Casi desde el principio, llegué a la conclusión de que las recomendaciones de beber agua caían en oídos sordos ya que no explicaban “los porqués”, observa Rosenberg. “Algunos patrones pueden decir, ‘¡Tienes que hacerlo o estás despedido!’, otros quizás imploren, ‘Hazlo porque te lo pido’. Yo les digo, ‘¡Háganlo porque tiene sentido!’ Yo animo a los agricultores y supervisores a que les expliquen a sus trabajadores, ‘Esto es lo que ocurre, así es como funciona el cuerpo, ustedes deciden.”
Rosenberg viene viajando por toda California compartiendo con empleadores información y recursos que pueden usar para explicar a los trabajadores cómo controlar el agotamiento por el calor y porqué estas medidas dan buen resultado.
Materiales de entrenamiento disponibles para los agricultores de California
Rosenberg, en colaboración con el California Farm Bureau Federation y con el apoyo del Western Center for Risk Management Education del USDA, ha preparado e impreso una tarjeta plegable de bolsillo, en inglés y español, con información clave sobre el estrés por el calor para quienes laboran a la intemperie en California. Se han impreso 200,000 copias y el Farm Bureau está ofreciendo y distribuyendo, de manera gratuita, las tarjetas a empleadores agrícolas en todo el estado. Para pedir copias de la tarjeta, comuníquese con Danielle Rau, drau@cfbf.com, 1-800-696-3276.
Además, Rosenberg brinda una amplia colección de materiales sobre el tema del estrés por el calor en su sitio web del Programa de Administración Laboral Agrícola, http://apmp.berkeley.edu. Incluye enlaces a las nuevas normas, así como información sobre cómo cumplir con la nueva ley; materiales para entrenamientos; una versión electrónica, en formato pdf, de la tarjeta plegable de bolsillo y artículos. Todos los materiales se ofrecen de manera gratuita para ayudar a que los empleadores protejan a sus trabajadores y empresas de los devastadores efectos del agotamiento por el calor.
Contacto para los medios: Howard Rosenberg (sólo en inglés), (510) 642-7103, howardr@are.berkeley.edu
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