MODESTO-(UC)— Los árboles grandes agregan mucho valor a una casa, no sólo en plusvalía sino también en belleza y confort. Sin embargo, con el paso de los años, los árboles maduros pueden sufrir daños y poner en peligro su seguridad y la de su familia.
“Las fuertes lluvias y viento del invierno pueden causar que los árboles se rajen, agrieten y hasta se desplomen”, precisa Ed Perry, asesor agrícola de Extensión Cooperativa de la Universidad de California. “Las fuertes lluvias pueden empapar tanto la tierra que las raíces de los árboles no se mantienen dentro de la tierra cuando el viento sopla con fuerza”, apunta.
Afortunadamente, la mayoría de los árboles que sufren daños por las lluvias y vientos invernales pueden salvarse si se les da el cuidado apropiado. Generalmente, es recomendable quitar las ramas quebradas o rajadas, pero un especialista en arboricultura puede evaluar si debe seguirse esta norma en su caso en particular.. En cuanto a los árboles caídos, el especialista puede determinar si pueden salvarse o volver a plantarse.
Al envejecer, los árboles pueden presentar ciertas características que podrían ser peligrosas. Perry comparte las pautas de la Sociedad Internacional de Arboricultura (ISA por sus siglas en inglés) en cuanto al cuidado de árboles grandes:
Si el árbol:
- está resquebrajado en alguna de las ramas principales, ISA recomienda podar las ramas, al igual que si muestran señas de alguna enfermedad o se han secado.
- tiene ramas secas, enfermas o dañadas, deben quitarse.
- está ahuecado o se está pudriendo, debe considerarse quitarlo del todo si la parte hueca o podrida es grande.
- muestra una inclinación marcada, puede ser a causa de un problema en las raíces, por lo que debe ser inspeccionado.
- tiene ramas que cuelgan cerca y encima del techo de una casa o edificio, o quedan cerca de la calle, deben podarse para dejar espacio.
- tiene ramas que quedan cerca del cableado de servicios públicos, deben podarse o quitarse las ramas en cuestión. Llame a las compañías de servicios públicos, encargadas de esta labor. No pode estas ramas usted ni contrate a otra persona para podarlas.
Reducir los peligros que pueda presentar un árbol maduro o dañado no sólo aumentará la seguridad de quienes vivan en sus alrededores sino que también mejorará la salud del árbol y bien puede alargarle la vida. Y si sus árboles sufren daños por el clima inclemente, consiga lo antes posible la ayuda de un especialista. Aproveche que los árboles caducos sufren daños menos serios en el invierno que si ocurren en la primavera y ponga en práctica las recomendaciones que reciba del especialista.