RIVERSIDE- (UC)— Especialistas en nutrición de Extensión Cooperativa de la Universidad de California están estudiando lo que parece ser una preocupante característica de los inmigrantes latinos: su prosperidad relativa contribuye al sobrepeso, especialmente entre sus hijos.
“Mucha gente latina reportó que a veces en México sufrieron mucho durante su niñez. Y, al llegar aquí a los Estados Unidos en busca de una vida mejor, ya tienen oportunidades de comer afuera más seguidamente, de comer más”, hizo notar la nutricionista Lucia Kaiser.
El estudio, que se lleva a cabo en los condados de la parte central de California, surgió a raíz de una investigación realizada el año pasado acerca de la inseguridad alimentaria que experimentan muchas familias cuyos ingresos son esporádicos, usualmente debido al empleo agrícola. Entre otras cosas, ese estudio inicial encontró una incidencia de casi 80 por ciento de inseguridad alimentaria entre los meses de febrero a mayo entre familias de trabajadores agrícolas y 30 por ciento reportaron que sus niños pasan hambre.
No obstante, se encontró una alta tasa de sobrepeso en esta población, principalmente entre los niños. Los datos arrojados por el sondeo en el Valle Central de California coinciden con estudios similares en otras partes del país.
Kaiser confía en que un sondeo más a fondo ayude a explicar el alarmante aumento de sobrepeso y obesidad infantil en las comunidades inmigrantes, cotejando las privaciones en sus países de origen reportadas por los padres con la forma en que alimentan a sus hijos en Estados Unidos.
“Si los niños quieren comer antojos, cualquier cosa, entonces, quieren darles a sus hijos lo que no tenían en México. Y es muy natural”, explicó Kaiser acerca del estudio realizado el año pasado entre 238 familias, en su mayoría de origen mexicano, en los condados de Tulare, Kern, Fresno y Monterey.
Se encontró que el 23 por ciento de los niños de edad preescolar tienen sobrepeso, lo que los predispone a la diabetes y otras enfermedades propiciadas por la obesidad. En todo el estado, más de un tercio de los niños de 9 a 11 años y un cuarto de los adolescentes de 12 a 17 años ya tienen o están en riesgo de tener sobrepeso.
Según Kaiser, la mayoría de las familias latinas tienden a disfrutar de sus platillos tradicionales, considerados más saludables porque invariablemente se preparan con verduras e ingredientes frescos. Pero se observó una tendencia hacia la comida rápida y otros alimentos procesados, sobre todo en los niños de familias en comunidades agrícolas.
“Lo que está ocurriendo es que los niños muy pronto aprenden a comer pizza, hamburguesa. Y piden este tipo de alimento”, señaló la especialista. “Y las familias van a comer afuera y después los niños ya no quieren comer los alimentos tradicionales, que son muy nutritivos y que también pueden proteger contra la obesidad, enfermedades…”.
Entre los alimentos tradicionales de la dieta latina descritos por Kaiser se encuentran “tortillas de maíz, frijoles, chile, los caldos de pollo con verduras,… frutas”.
Kaiser confía en que el nuevo estudio ayude a formular pautas para tratar de contrarrestar esa tendencia. “Ver cómo podemos educar a la gente para proveer a sus hijos una dieta más balanceada, más saludable para evitar la obesidad”, recalcó la nutricionista de Extensión Cooperativa de la UC.
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En el estudio inicial, realizado conjuntamente por Kaiser y el doctor Hugo Melgar, su excolega del departamento de nutrición de UC Davis, se hizo notar que el sobrepeso aumentó casi 65 por ciento en los últimos 10 años entre los adultos y afecta al 73.4 por ciento de la población de origen mexicano en Estados Unidos. Se calcula que las enfermedades asociadas con la obesidad cuestan alrededor de $70,000 millones por concepto de servicios de salud y tiempo laboral perdido.
Melgar es ahora catedrático de nutrición en la Universidad Estatal de Ohio.
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