MODESTO-(UC)— La luz es el factor que quizás influye más en el
crecimiento de las plantas en interiores. Y, con frecuencia en la mayoría de los
hogares, es también el factor que más limita su desarrollo. Al disminuir los
niveles de luz durante el otoño e invierno, es recomendable hacer algunos
ajustes en el cuidado de las plantas.
“La distancia
de la planta a la fuente de luz y la orientación de las ventanas en el hogar
determinan la intensidad de la luz que reciben las plantas”, precisa Ed Perry,
asesor agrícola con Extensión Cooperativa de la Universidad de California. “La
orientación hacia el sur recibe la luz más intensa. Cuando las ventanas dan
hacia el este y el oeste reciben aproximadamente 60 por ciento de la luz que si
dieran hacia el sur; por otra parte, la orientación hacia el norte sólo recibe
20 por ciento de la luz de la orientación sur”,
apunta.
Cita este
especialista un artículo de su colega Ross Penhallegon, horticultor en la
Universidad del Estado de Oregón, en el que se indica que al pensar en niveles
de luz para las plantas de interiores hay que tomar en cuenta la intensidad de
la luz, su duración y calidad. La intensidad de la luz influye en la producción
de alimento de la planta, el largo del tallo, el color de las hojas y en el
florecimiento. Por ejemplo, una planta que crece con poca luz tiende a tener
tallos largos con hojas color verde claro. Una planta similar que crezca bajo
luz intensa tendrá menor altura, mejores ramas y hojas más largas y de color
verde oscuro.
Si la
intensidad de la luz es baja, Perry sugiere que se aumente la cantidad de tiempo
al que está expuesta la planta a la luz para permitirle producir alimento
suficiente para sobrevivir y crecer. Puede darse a la planta luz adicional por
medio de focos o bombillas incandescentes o fluorescentes, o fluorescentes
especiales para la horticultura.
Explica Perry
que todo tipo de foco o bombilla que requiera de un elemento metálico es
incandescente, incluso el foco o bombilla común casero. Este tipo de focos
produce mucho calor, su luz es rojiza y su uso de electricidad no es muy
eficiente. Las bombillas o focos fluorescentes producen una luz azulada
templada. Si se suple la luz por medio de una combinación de bombillas
incandescentes y fluorescentes, se ofrece a las plantas la mayor parte del
espectro de luz que requieren.
El uso
exclusivo de tubos fluorescentes es el método más económico de iluminación. Hay
tubos fluorescentes especiales para el crecimiento de las plantas que dan una
apariencia más atractiva al follaje y flores de las plantas, pero cuestan más
que los tubos blancos y, en general, el crecimiento de las plantas puede ser
casi igual.
Las bombillas,
focos o tubos de luz fluorescente pueden colgarse para que queden
aproximadamente a 24 pulgadas sobre las plantas de poco tamaño y colgarse
progresivamente más arriba para las plantas más grandes. Así recibirán buena luz
sin correr el riesgo de que el calor que produzcan las bombillas pueda
afectarlas y dañarlas.
Aparte del
calor, la salud de las plantas también puede verse afectada si reciben demasiada
luz directa. Sus hojas empalidecen, a veces sufren quemaduras, se ponen pardas y
mueren. Durante el verano, se debe proteger a las plantas caseras para que no
reciban demasiada luz directa.
La duración de
la luz diurna es también de importancia para aquellas plantas sensibles al
número de horas de luz solar continua, como la flor de nochebuena, la planta
conocida en inglés como kalanchoe y el cactus navideño. Para el resto de
las plantas, la duración de luz diurna no es importante. Sin embargo, Perry
indica que todas las plantas de interiores necesitan períodos de oscuridad, por
lo que no deben quedar iluminadas más de 16 horas diarias.
Algunas
plantas que crecen bien en luz brillante indirecta incluyen las hiedras,
begonias y las conocidas en inglés como peperomias, todas plantas
favoritas por su follaje. En el verano, las plantas tiernas como las violetas
africanas y las conocidas como gloxinia deben recibir luz indirecta por
la intensidad de los rayos del sol durante esa
época.
La mayoría de
las plantas que florecen requieren de bastante luz para que las flores se
desarrollen bien. Perry recomienda que este tipo de plantas reciba luz solar
directa durante por lo menos medio día. El mejor lugar para estas plantas es
cerca de ventanas con orientación al este. Los cactus y otras plantas carnosas,
que muchos prefieren por sus formas caprichosas, requieren de mucha luz. Las
plantas conocidas en inglés como coleus y croton requieren luz
intensa para que su follaje no pierda su colorido.
Considere las plantas que tiene en su hogar y vea qué adaptaciones puede hacer para conservar su belleza y salud durante el invierno. Un poco más de luz puede tener un gran impacto.