Con la ayuda de Extensión Cooperativa, residentes de bajos ingresos cultivan sus propios alimentos

May 9, 2003

LOS ANGELES – (UC) – Más que ayudar a residentes del condado de Los Angeles a suplir su alimentación con hortalizas frescas y nutritivas, un programa de Extensión Cooperativa de la Universidad de California nutre sus cuerpos y espíritus al proveerles la satisfacción personal que produce la autosuficiencia.

 

No hace mucho tiempo, en Long Beach había un lote de terreno baldío en el que sólo había basura cerca de un complejo habitacional flagelado por la criminalidad. Ahora es un paraíso tropical que produce plátanos, café y hasta un árbol de chirimoya que se poliniza a mano cuidadosamente para asegurar una buena cosecha de esa deliciosa fruta, exótica en esa parte del mundo.

 

También produce una gran variedad de verduras deliciosas y nutritivas.

 

El complejo habitacional Carmelitos también ha cambiado. El crimen se redujo notablemente. Se limpió el grafiti de pandilleros que afeaba los edificios de apartamentos y éstos ahora reciben el mantenimiento adecuado de sus habitantes, quienes pasan más tiempo trabajando en el pródigo jardín a unos cuantos pasos de sus viviendas.

 

“No había muchas razones para que la gente saliera de los edificios”, explica Manuel Cisneros, el Master Gardener de Extensión Cooperativa del condado de Los Angeles que coordina el jardín comunitario Los Carmelitos en esa parte de Long Beach.

 

Cisneros perdió su empleo en un taller de reparación automotriz de Los Angeles a causa de los motines en esa ciudad a principios de los años 90. El inmigrante salvadoreño se fue a vivir al complejo habitacional para personas de escasos recursos; ahí aprendió inglés y algo de jardinería, por la que demostró una habilidad innata que lo llevó a integrarse al programa de Jardineros Maestros “Master Gardener” de Extensión Cooperativa, convirtiéndose en coordinador del jardín comunitario.

 

El proyecto de Long Beach es uno de alrededor de 60 jardines comunitarios esparcidos en el condado de Los Angeles que producen frutas y hortalizas para alimentar a residentes, que de otra forma no tendrían acceso a estos alimentos.

 

“Aquí estamos hablando de comida, de subsistencia”, recalca Yvonne Savio, quien administra el Programa Common Ground (Tierra en Común) de la Extensión Cooperativa en el condado angelino.

 

El programa, con el apoyo de gobiernos locales y grupos comunitarios, entrena a residentes en todos los aspectos de la producción de frutas y hortalizas: siembra, compostaje, cosecha y cómo aprovechar al máximo el producto.

 

Además de hacerles ver el valor nutricional, el programa les enseña a elaborar conservas de frutas y verduras. También les ayuda a organizar días de mercado al aire libre en los que los residentes venden el excedente de la producción y obtienen ingresos que ayudan a sostener el jardín comunitario.

 

El jardín Carmelitos ha resultado tan exitoso que su producción, aparte de alimentar a sus socios, alcanza para realizar un día de mercado cada dos semanas. Sus miembros incluyen a una residente de origen coreano, de 94 años. Ella visita el jardín dos veces al día para atender su cultivo de plantas medicinales en su espacio de cuatro pies de ancho y ocho pies de largo.

 

El jardín se divide en 60 espacios en los que se cultivan tomates, lechuga, zanahorias, rábanos y otras verduras, además de sus singulares cultivos tropicales de bananas y café.

 

“Estas son cosas que la gente no podría tener aquí”, hizo notar Manuel Cisneros. Agregó que el año pasado el arbusto de café produjo dos libras de grano de gran calidad.

 

Algo similar ocurre a unas tres millas del centro de la ciudad de Los Angeles. Gracias a la intervención de Common Ground, el municipio llegó a un acuerdo con el propietario de una casa dilapidada. El municipio demolió el edificio para rentar el terreno, por $1 por un período de cinco años, para establecer el Jardín Comunitario Echo Park. El municipio proporcionó el terreno y lo preparó para el cultivo; los voluntarios del programa Master Gardener de Extensión Cooperativa proveyeron semillas y entrenamiento, y los residentes de ese vecindario comenzaron a cultivar ahí frutas y verduras.

 

“Fue un esfuerzo verdaderamente comunitario”, señaló Bea Gold, jardinera maestra voluntaria quien participó desde la concepción de ese proyecto.

 

El programa de jardines comunitarios ha entrenado también a personas interesadas en trabajar en jardinería, industria que genera $171 millones al condado de Los Angeles.

 

El programa Common Ground del condado de Los Angeles es único en California. Iniciado en los años 70, sirve de apoyo a bancos de comida para personas de escasos recursos y refugios para mujeres víctimas de abuso doméstico y personas sin hogar, así como jardines comunitarios en escuelas y centros residenciales para personas mayores.

 

“Me siento privilegiada y orgullosa por lo que representa el programa Master Gardener” manifestó Savio. “Tenemos la responsabilidad de asistir a los residentes de bajos ingresos. Y la forma en que ellos trabajan en los jardines es simplemente maravillosa”.

 

Artículo en inglés


By Alberto Hauffen
Author - Sr. Public Information Representative