El Consejo Nacional de Investigación concluyó recientemente
que los EE.UU. son vulnerables al bioterrorismo agrícola. Como parte de un plan
de defensa, la Universidad de California ha recibido una subvención de $900,000
del Departamento de Agricultura de los EE.UU. para ayudar a proteger cosechas y
alimentos de contaminación, enfermedades, plagas o patógenos que puedan ser
introducidos accidentalmente o por terroristas.
Con
tal fin, se crearán dos organizaciones, el Centro Occidental para la Vigilancia
y Detección de Plagas y Enfermedades de las Plantas y el Instituto Occidental
para la Provisión y Seguridad Alimentaria, ambos en la Universidad de
California.
“Nuestra
provisión de alimentos se encuentra sujeta con mayor frecuencia a la
contaminación de fuentes tanto biológicas como químicas, y ahora tenemos la
amenaza de contaminación intencional a través del bioterrorismo”, precisa Jerry
Gillespie, director del Instituto.
El
Centro y el Instituto trabajarán para enlazar personal, sistemas informativos y
bancos de datos en laboratorios en la región occidental; el objetivo es vigilar
mejor la salud de los cultivos o el desarrollo de enfermedades o
infestaciones.
El Instituto de Seguridad Alimentaria tendrá por objetivo identificar peligros en los alimentos con mayor rapidez y precisión, y desarrollar métodos para evitar la contaminación natural o intencional de alimentos.