Cero desperdicios de alimentos

Oct 25, 2012

Todos estaban polvorientos, cansados y listos para relajarse. La cena con pizza acababa de terminar durante la tercera noche de aprendizaje al aire libre en las montañas de Santa Cruz, pero aún no era tiempo de irse.

Un consejero sacó una cubeta con las sobras de las comidas de los estudiantes del sexto grado, sus maestras, los naturalistas y los padres que los acompañaban. La cubeta estaba vacía y el grupo lo celebró: habían logrado su meta de cero desperdicios.

El campamento me hizo pensar sobre cuánta comida desperdiciamos regularmente. Los estadounidenses desperdician casi 27 por ciento de todos los alimentos que se producen en el país cada año; esto equivale a casi una libra de comida al día por persona.

¿Qué podemos hacer para mejorar esta situación? En el campamento, comen cuando todos tienen hambre, se sirven porciones pequeñas y eligen entre comidas como pizza o ensalada que se prestan a que las sobras sean pocas. ¿Qué están haciendo las universidades para enfrentar el reto de las comidas buffet donde los comensales pueden comer todo lo que quieran? En realidad, mucho.

La Universidad de California ha sido líder en sustentabilidad; ha estado trabajando hacia la ambiciosa meta de cero desperdicios para el 2020. Por ejemplo, UC Davis ha sido nombrada “Coolest School”, y galardonada por su estadio ecológico, su granja agrícola estudiantil y sus grandes esfuerzos por reducir desperdicios en las cafeterías universitarias.

Las cafeterías de UC Davis han reducido los desperdicios que quedan en los platos en más del 40 por ciento en tres años, bajando de 3.6 onzas por persona a menos de 2 onzas. Danielle Lee, directora de sustentabilidad en los servicios de alimentos en UC Davis, explicó algunos de los puntos claves que han permitido este cambio: 

  • Comidas sin charolas: sin estas, los estudiantes solo pueden servirse los      alimentos que les caben en los platos, en lugar de servirse más de lo que en      realidad pueden consumir. 
  • Programa para probar nuevos platillos: los estudiantes pueden probar nuevos platillos y ver si les gustan, en lugar de servirse una porción grande de algo que tal vez no coman. 
  • Comidas sin pan: personal de las cafeterías construyeron una torre con el pan de hamburguesa que dejaron los estudiantes,  para alentarlos a que pidan las      hamburguesas sin pan, si no se lo van a comer. 
  • Auditorías de desperdicios: ¿qué es más grande que una torre de pan de hamburguesas? Los desperdicios del buffet esparcidos por las mesas durante las auditorías de desperdicios realizadas en el otoño y la primavera. Los estudiantes se sorprenden bastante con la cantidad de desperdicios que generan, y se esfuerzan por mejorar sus hábitos alimenticios, dijo Lee. 
  • Comentarios y sugerencias de estudiantes y personal: los encargados de los servicios de alimentos se reúnen regularmente con el personal para revisar los menús, darle un seguimiento a las porciones y reducir desperdicios. Buscan además comentarios de los estudiantes y consultan con una mesa directiva de estudiantes sobre los      cambios. Entre ellos, ofrecer tazones más pequeños para la parrillada estilo      mongol lo cual disminuye los desperdicios. 

Teniendo en cuenta que UC Davis sirve 1.8 millones de comidas al año, estas acciones tienen un efecto cumulativo. 

“Ustedes están ahorrando bastante dinero, energía y recursos”, dijo Lee.

La mayoría de los alimentos que no se consumen se usan para compostaje: 550 toneladas de desperdicios orgánicos cada año, con algunos de ellos convertidos en energía renovable en una instalación de biogás que usa tecnología desarrollada en UC Davis.

En general, UC Davis evita que casi 75 por ciento de todos los desperdicios – la meta para este año - vayan a parar al basurero. Y para llegar al siguiente nivel, UC Davis necesitará mejorar su reciclamiento de productos de plástico, dijo Lee.

Los esfuerzos de UC por incrementar la sustentabilidad valen la pena, dijo Lee, quien empezó a abogar por la reducción de desperdicios cuando era estudiante en UC Davis, trabajando con las cafeterías del campus para hacer compostaje con los restos del café. 

“He podido continuar con mi labor”, dijo Lee. “Este es mi trabajo ideal”. 

Es un recordatorio para recapacitar acerca de lo que usted necesita la próxima vez que vaya a cenar o de compras al supermercado. Fíjese no solo lo que come, sino además cuánto come. Sea sensato; sírvase porciones apropiadas. ¡No malgastes y nada te faltará!