Aug 29, 2008
Con la temporada de cosecha en plena marcha, los agricultores y trabajadores en California encaran retos relacionados con el calor bajo un marco legal distinto. Una regulación estatal permanente que amplió las responsabilidades de protección de los empleadores, con el fin de reducir los riesgos para los trabajadores de sufrir de enfermedades por calor al trabajar al aire libre entró en efecto a mediados del 2006.
“Mientras que la gente en la industria agrícola ha hecho frente al calor en varias formas" indica, Howard Rosenberg, especialista en administración laboral agrícola de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, "el nuevo reglamento obliga a todos los empleadores que caen bajo esta área, a implementar un conjunto específico de medidas para ayudar a los empleados a controlar las enfermedades por calor y a recibir tratamiento a tiempo cuando muestran señales relacionadas con los trastornos por el calor. Este año, Cal/OSHA ha intensificado la aplicación de los requisitos de la regulación.”
Para el experto, independientemente de que exista una norma que impone multas a quienes no cumplan con sus requisitos, la mayoría de los supervisores pueden y deben minimizar el impacto de los trastornos por calor.
“El simple hecho de mantener los igloos (termos) llenos de agua y repetir la ya familiar letanía aconsejando a los trabajadores a beber mucho agua, estar alertas a los síntomas de la insolación y descansar cuando sea necesario, no es suficiente”, enfatiza Rosenberg.
Efectos serios del calor
Rosenberg explica que los humanos son capaces de trabajar bajo una amplia variedad de condiciones siempre y cuando sus órganos internos y reacciones bioquímicas funcionen adecuadamente. Este funcionamiento depende de su temperatura, la cual debe mantenerse en alrededor de los 98.6 grados F. Cuando los cuerpos se enfrían o calientan demasiado, los procesos naturales que entran en acción para subir o bajar la temperatura se activan para regularizar la temperatura. A pesar de que el “sentirse acalorado” causa desasosiego y distrae la atención, es el proceso de enfriamiento el que a menudo incrementa los peligros.
Los trastornos por calor suelen ser más un problema cuando el clima es cálido, pero la temperatura ambiente alta no es su principal causa. Mientras que parte del calor con el que los trabajadores agrícolas deben soportar proviene de la radiación solar y el aire caliente a su alrededor, la mayor parte del calor se produce dentro de sus propios cuerpos.
El calor que se acumula en el cuerpo incrementa la temperatura interna, pone en peligro el buen funcionamiento de los órganos y activa los mecanismos de disipación. A pesar de que el calor interno puede causar estragos en las personas en casi cualquier ambiente, es más difícil de liberar donde el aire es caliente y húmedo o estático.
Tanto el calor retenido como el intento del cuerpo de deshacerse de él pueden eventualmente causar síntomas reconocidos como trastornos por calor que afectan la actividad física o mental, reducen el desempeño, incrementan el riesgo de accidentes y ponen en peligro la vida. Aunque los malestares menos graves, como el agotamiento por calor, síncope (desmayo) por calor, calambres y sarpullido, no son una amenaza inmediata de muerte, pueden afectar el bienestar y rendimiento y, de no ser tratados, avanzar a una insolación. Ésta es una emergencia médica que requiere atención médica inmediata.
La nota Síntomas de trastornos a causa del calor y recomendaciones de primeros auxilios describe los síntomas más comunes y su tratamiento.
Prevención de las enfermedades por calor
Investigaciones que se han hecho en entornos deportivos, militares e industriales han dado como resultado lecciones sobre las enfermedades por calor que se pueden aplicar muy bien a las labores agrícolas. No es sorprendente que la recomendación más importante que ha surgido de estos estudios es la de reemplazar constantemente el líquido que el cuerpo pierde a través del sudor.
“La cantidad de agua que se necesita para reponer la que se pierde al sudar depende del trabajo que se desempeña, el clima y la condición física de cada persona. Una pauta del ejército de Estados Unidos recomienda beber un cuarto (de galón) cada hora cuando se realiza trabajo pesado y se lleva puesta vestimenta de protección en temperaturas de 90 grados F o más y beber tres cuartos de galón cuando se hace trabajo moderado en temperaturas de 82 a 90 grados”, indica Rosenberg. A esto hay que agregarle un tiempo “considerable” de descanso cada hora.
“Pocas industrias pueden proveer a sus trabajadores tantos descansos como los que necesita un soldado cargado con todos los aditamentos militares, pero todos los patrones pueden esforzarse para ayudar a los trabajadores a seguir el consejo de beber (agua)”, señala Rosenberg.
En la mayoría de los campos de cultivo, se proporciona agua en un iglú (igloo) al que tienen acceso los trabajadores todo el día.
“Después de dos estudios de campo y de conversar con muchos supervisores y capataces he llegado a la conclusión de que los trabajadores que realizan una actividad agotadora acuden al iglú con poca frecuencia cuando tienen sed, y cuando lo hacen, beben grandes cantidades de agua, lo cual resulta en un volumen bajo y un ritmo muy pobre para reponer el fluido perdido a lo largo del día”, agrega Rosenberg.
Según el experto, cuando los trabajadores no beben suficiente agua o con la frecuencia necesaria, se debe típicamente a una combinación de factores: no le dan la importancia debida a reponer el líquido que pierde el cuerpo, el esfuerzo físico para acercarse al iglú, desdén por parte de los supervisores y de los mismos compañeros de labores, posible pérdida de ingresos cuando se les paga por pieza, y el temor a ingerir microbios al beber agua, medida de cautela que pudo haber surgido a raíz de experiencias con agua no embotellada en otro país.
“El que los supervisores, al igual que los trabajadores, no le den prioridad a reponer fluidos puede deberse a desconocimiento sobre cómo el cuerpo genera y lidia con el calor interno”, manifiesta el experto. “Si los trabajadores no entienden el por qué de la importancia de que beban agua con frecuencia, no van a estar tan listos ni motivados como podrían estarlo para poner de su parte en la prevención de las enfermedades por calor; y los supervisores estarán menos dispuestos a ayudarles con el apoyo logístico, información y ejemplo personal”.
Rosenberg precisa que se requiere conocimiento sobre los principios básicos de fisiología tanto por parte del empleador como del empleado para tomar decisiones bien fundadas para prevenir los estragos que ocasiona el calor.
“Ya que los trabajadores agrícolas tienen la misma inclinación que otras personas de tomar decisiones razonables basadas en lo que saben, los patrones pueden, de manera efectiva, apoyar a los trabajadores en su tarea diaria de controlar los efectos del calor ayudándoles a entender las causas, consecuencias y respuestas individuales al problema de las enfermedades por calor”, opina el experto de la UC.
La nota Puntos claves que recordar para prevenir complicaciones a causa del calor describe diez recomendaciones importantes que deben ser de conocimiento general.
El Estándar de Prevención de Enfermedades por Calor (HIP)
La regulación o estándar que obliga hoy día a los empleadores a implementar ciertas medidas de prevención contra las enfermedades por calor entró en vigor el 27 de julio de 2006 y, en términos generales, requiere que los patrones de trabajadores que laboran al aire libre proporcionen las siguientes cuatro cosas:
- Un cuarto de galón de agua potable por hora para cada persona durante la jornada de trabajo.
- Un lugar bajo sombra y la oportunidad de resguardarse allí durante cinco minutos o más.
- La capacitación de todos los empleados en nueve temas específicos y a los supervisores en dos temas adicionales.
- La documentación por escrito de todos los procedimientos en cumplimiento con la regulación.
Se considera que un empleador no cumple con esta regulación si, en un momento dado, no hay agua disponible para los trabajadores o si se espera para volver a llenar el contenedor hasta que está vacío o hasta que los empleados solicitan más agua.
Según la regulación, "sombra" se refiere a bloquear o proteger de los rayos directos del sol. La sombra puede provenir de edificios, toldos, carpas portátiles o cualquier otro tipo de estructuras temporales, o hasta árboles. Se debe permitir acceso a la sombra todo el tiempo a cualquier empleado que sufra malestar por el calor o que crea necesitar de un periodo de recuperación para prevenir enfermarse por el calor.