Mar 3, 2008
RIVERSIDE - (UC)— En su afán de lograr el anhelado "sueño americano", tradicionalmente materializado en tener casa propia, una alarmante proporción de familias latinas son víctimas de los llamados préstamos hipotecarios depredadores que los tiene al borde de perder ese preciado patrimonio.
Una especialista de Extensión Cooperativa de la Universidad de California aconseja aprovechar cualquier medida que agencias de gobierno y del sector privado ofrezcan para evitar perder su casa como consecuencia de la crisis en el mercado de préstamos hipotecarios.
"Lo más importante que puede hacer si está teniendo dificultades para pagar su hipoteca es no ignorar esos problemas", aconseja la asesora en asuntos del consumidor Patti Wooten-Swanson. "Entre más pronto haga frente al problema, más probabilidades tendrá de conservar su casa".
En respuesta a la racha de confiscaciones de viviendas por incumplimiento de pago, generalmente a causa de los préstamos depredadores, el Congreso estadounidense está formulando programas de asistencia y otras medidas de emergencia; al mismo tiempo, trata de conseguir que la industria de préstamos hipotecarios implemente medidas similares para aminorar el explosivo impacto de la crisis atribuida a prácticas aparentemente injustas en ese sector financiero.
Como primer paso, Wooten-Swanson aconseja acudir a servicios de consejería financiera confiables, ya sea de organizaciones comunitarias o privadas, afiliadas con el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD). Estos pueden asesorar acerca de programas de asistencia gubernamental, que incluyen préstamos o créditos, o renegociación de las condiciones de pago de hipotecas inmobiliarias.
"Estas son agencias aprobadas por el gobierno para ofrecer asesoría legítima", indicó la especialista de la UC. Ella advierte de las estafas que suelen surgir en tiempos de crisis económicas. "Esta es otra de las ocasiones en que los estafadores tratan de aprovecharse de quienes no pueden pagar sus hipotecas, ofreciéndoles otros préstamos para supuestamente sacarlos del problema pero que resultan en fraude".
Wooten-Swanson enfatiza que sólo el prestatario puede solucionar su problema, comunicándose directamente con el prestamista sin pérdida de tiempo para explicar su situación y buscar alternativas para cumplir sus obligaciones crediticias. Según ella, esa es la mejor manera de evitar la confiscación de la propiedad hipotecada por incumplimiento de pago.
"Deberían contactar inmediatamente a la compañía que expidió el préstamo", recalca Wooten-Swanson. "Usualmente, (las compañías de préstamos) están dispuestas a modificar las condiciones del préstamo y a permitir que los clientes reduzcan sus pagos mensuales por cierto período".
Los préstamos depredadores, o "subestándar", se caracterizan por sus tarifas de interés variables y elevadas que los prestamistas cobran a clientes que supuestamente carecen de solvencia crediticia; de ahí que sus víctimas sean principalmente familias de bajos ingresos.
Según la organización Center for Responsible Lending (CRL), alrededor de 7.2 millones de familias en Estados Unidos adquirieron préstamos subsetándares para comprar sus viviendas. La organización sin fines de lucro calcula que cerca del 14.5 por ciento de esos prestatarios están en peligro de perder sus propiedades por incumplimiento de pago y que casi la mitad son clientes latinos, quienes usualmente son los más vulnerables a las fluctuaciones en el mercado de bienes raíces.
Como resultado, la agencia HUD está redoblando esfuerzos para informar a esos clientes de recursos para evitar la pérdida de sus hogares; tal información la ofrece también en su sitio Web.
Por lo general, los préstamos depredadores incurren una serie de gastos adicionales no muy bien definidos al momento de firmar el contrato de compra-venta, y cláusulas complejas que favorecen sólo al prestamista porque los clientes no entienden todas sus implicaciones. En la mayoría de los casos, la tasa de interés puede aumentar considerablemente en cualquier momento, haciendo prácticamente imposible que una persona de bajos ingresos pueda seguir pagando su hipoteca.
Por eso Wooten-Swanson recalca la importancia de asegurarse de entender completamente cualquier transacción financiera, o pedir que alguien con experiencia en ese campo ayude al cliente a entenderla para evitar ser víctimas de prestamistas sin escrúpulos.
"Estas son transacciones muy complejas y la mayoría de nosotros no tenemos los conocimientos suficientes. La mayoría de nosotros, si compramos casa, no lo hacemos tan seguido; quizás una o dos veces en toda nuestra vida", explicó.
En el pasado, CRL ha reportado que los clientes de comunidades de minorías étnicas, especialmente las inmigrantes, son las víctimas más comunes de compañías de préstamos usureros al comprar casa.
"Desafortunadamente, en todas las culturas y en todos los idiomas hay personas deshonestas. Y debido a todos estos cambios que vemos en el mercado de hipotecas y bienes raíces, hay muchas personas que se aprovechan de nosotros", dijo Wooten-Swanson.
Como consecuencia del estancamiento económico, reflejado inicialmente en la pérdida de empleos en la industria de construcción, el impacto de la confiscación de residencias a causa de préstamos depredadores está afectando a todos los sectores económicos del país.
CRL calcula que alrededor de 45 millones de viviendas, que no están en peligro de confiscación pero están contiguas a viviendas desalojadas, sufrirán una devaluación que colectivamente podría sumar cerca de $223 mil millones en los próximos dos años. La organización pro-derechos del consumidor predice un grave impacto en los gobiernos locales por la pérdida de ingresos por concepto de impuestos a la propiedad.
Lo que puede hacer evitar perder su vivienda por incumplimiento de pago:
•. No ignore el problema. Lea y conteste de inmediato cualquier notificación de incumplimiento de pago. Mientras más se demore en contactar al prestamista, más aumenta el riesgo de perder su propiedad. Pida una reducción en su pago mensual o cualquier opción que le permita cumplir con su obligación crediticia.
•. Elabore un plan de gastos que le ayude a hacer rendir al máximo sus ingresos y reducir gastos innecesarios o que pueden postergarse, para poder hacer su pago hipotecario.
•. Utilice otros bienes materiales que no son absolutamente indispensables y que podría remplazar luego de superar la crisis, como joyas, pólizas de seguros o fondos de jubilación o pensiones que pueda liquidar para evitar la pérdida de su vivienda.
•. Investigue cómo puede ayudarle la Ley de Absolución de Deuda Hipotecaria del 2007, o los créditos de alivio tributario que otorga el Servicio de Impuestos Internos (IRS) a contribuyentes afectados por la crisis en el mercado de préstamos hipotecarios.
•. Entérese de sus derechos con respecto a préstamos hipotecarios: Revise el contrato de compra-venta y vea cuáles son sus obligaciones y opciones. Coomuníquese con la Oficina de Vivienda de su estado e infórmese de sus derechos con respecto a la ejecución de préstamos hipotecarios.
•. Desconfíe de agentes o compañías que prometen reducir o eliminar la deuda hipotecaria; podría caer en manos de estafadores. Acuda sólo a personas o agencias que estén afiliadas al Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD).
Para más información, llame a HUD al 1-800-569-4287, o visite su sitio Web: http://espanol.hud.gov/.